Una especie de bacteria puede convertirse en el ‘rey Midas’ de la naturaleza, ya que es capaz de crear pequeñísimas pepitas de oro que la ayuda a crecer en las soluciones tóxicas del metal precioso.
Investigadores creen que la molécula con la que estos microorganismos crean estas partículas podría ser utilizada en el futuro para recoger oro de los desechos mineros.
Frank Reith, un microbiólogo ambiental en la Universidad de Adelaide, en Australia, encontró ya hace diez años algunas de las primeras evidencias de que las bacterias prosperan en partículas de oro. En varios sitios, a miles de kilómetros de distancia, encontró una bacteria, la Cupriavidus metallidurans, que desintoxica el oro disuelto acumulando pequeñas nanopartículas de oro en el interior de sus células.
Hace poco, un estudio firmado por un equipo de científicos canadienses de la Universidad McMaster de Hamilton en la revista Nature Chemical Biology se ha preguntado si otra bacteria, la Delftia acidovorans, actúa de forma similar.
Los científicos descubrieron que este organismo no metaboliza el oro soluble como la Cupriavidus metallidurans, sino que lo solidifica en el exterior, bajo una forma no tóxica.
El proceso se desarrolla en unos segundos, a temperatura ambiente y en condiciones de acidez neutra. Según los expertos, la bacteria es aún más eficaz que los productos utilizados actualmente por la industria para producir nanopartículas de dicho componente.
Los investigadores creen que se podría utilizar esta bacteria para crear oro de las aguas residuales producidas en las minas.
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