El miedo de los seres humanos de desprenderse de los seres que más quieren empujó a la empresa estadounidense LifeGem a crear un negocio bastante peculiar.
La empresa se fundó con la idea de extraer carbón de las cenizas de humanos y convertirlo en diamantes, que las familias podrían conservar. Sin embargo, poco después de su creación, LifeGem empezó a recibir llamadas de personas que querían convertir a sus mascotas en joyas.
Según el Huffington Post, un diamante generado a partir de los restos de un perro puede costar entre US$2 500 y US$25 000, y un cálculo estimado por la American Pet Products Association concluyó que solo en el 2013 los estadounidenses gastarán un promedio de 55 mil millones de dólares en sus mascotas.
La compañía también se encuentra trabajando con coleccionistas de cabello de celebridades, y hace poco subastaron un diamante creado a partir de una hebra de cabello de Ludwig van Beethoven en US$200 000.
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