Esther Vargas
@esthervargasc
En febrero de 2013, Carrie Fisher, nuestra adorada princesa Leia, fue hospitalizada por su trastorno bipolar. Para nadie era un secreto que la actriz padecía de este mal.
Los medios, que no siempre enfocan adecuadamente las enfermedades mentales, difundieron un video donde Fisher está cantando y de pronto muestra dificultades para recordar la letra. Dicen los testigos de ese espectáculo, que se le veía extraña, confusa. Su agente confirmó a los pocos días que recibió medicamentos, y que ya estaba bien.
Fisher no era de ocultar lo que llevaba en la mochila, así que contó muchas veces que tenía un trastorno bipolar, que abusó de las drogas y el alcohol, que la depresión irrumpía de vez en cuando.
Tras su muerte, algunos han dicho que “siempre estaba loca”, mientras que otros se han sumado en las redes sociales para escribir breves mensajes como “Yo también soy bipolar”.
La BBC reporta que entre algunos de sus seguidores y fans destaca Ana Marie Cox, periodista de la cadena estadounidense MTV, con 1,3 millones de seguidores. Esto fue lo que dijo: “Soy bastante transparente sobre el hecho de que estoy en rehabilitación; he sido más circunspecta sobre la enfermedad mental. En honor de Carrie Fisher: yo también soy bipolar”
Fisher no escondía sus problemas y sus batallas eran públicas. Por ello, recomendaba vencer el miedo, tirarse a la espalda los prejuicios que generan las enfermedades mentales: “La única lección para mi, o para cualquiera, es que tienes que conseguir ayuda”, le dijo a People en 2013.
“Tengo un desajuste químico que en su estado más extremo puede llevarme al hospital”, decía la actriz y guionista. El primer paso para resolver algo es asumirlo, asumir que algo pasa. Es posible que ella, al menos, haya sobrellevado el mal: “Estoy enferma, no me siento avergonzada por ello. He sobrevivido a mi enfermedad y sigo haciéndolo”. Abrazada a Gary , su pequeña mascota, nuestra princesa se sintió mejor consigo misma, pero hay males que nunca se van.
En The Guardian , incluso daba consejos a personas con este trastorno mental. “Advice from the dark side” era su columna de consejos, donde le decía a los lectores que quizás no tenía la fórmula pero podía contarles lo que hizo y quizás así lograría ayudarlos.
¿Qué diablos es ser bipolar?
La psicóloga clínica Martha Gonzalez Pilares, consultada por Perú21, lo explica así:
El trastorno bipolar, o mejor dicho los trastornos bipolares, son un grupo de trastornos que implican dos fases diferenciadas que son episodios depresivos y episodios de manía o hipomanía, es decir actividad excesiva con niveles anormalmente altos de energía y en ocasiones síntomas psicóticos.
La especialista indica que pueden presentarse en diferentes niveles de gravedad, desde aquellas personas que en cualquiera de las dos fases dejan de funcionar laboral o familiarmente, hasta quienes aparentan “solo” estar más alegres de lo normal pero siguen funcionando más o menos aparentemente.
¿Se puede convivir con una persona bipolar?
-Convivir con una persona bipolar que recibe tratamiento implica las mismas dificultades que cualquier otra enfermedad crónica: atención a la medicación, controles periódicos, alerta ante señales de posibles crisis o recaídas. Esto se complica ante el abandono del tratamiento o si la persona no recibe un adecuado diagnostico y un sub tratamiento.
Muchos creen que son personas peligrosas. La palabra BIPOLAR causa temor.
-Las personas con trastorno bipolar no son intrínsecamente peligrosas para la sociedad. En las formas más graves del trastorno, el peligro estaría en función a las conductas de riesgo de la fase maníaca o a las complicaciones autolesivas del episodio depresivo mayor. El peligro sería para sí mismos. La investigación evidencia que presentan la misma probabilidad de conducta peligrosa para los demás que la población general.
No, no eres bipolar
Dice la doctora y docente universitaria que “la estigmatización de las personas con trastornos mentales es preocupante, ya que contribuyen al aislamiento social, el cual a su vez es un factor que perjudica el pronóstico. En el caso de las personas con trastorno bipolar, últimamente se está dando un fenómeno de popularización de un uso inadecuado del termino bipolar, por el cual las personas califican como bipolar a cualquier persona que cambie de opinión o de animo repentinamente. Esto lleva a creencias inadecuadas, prejuicios y a la banalización del trastorno.
Este trastorno afecta a alrededor de 60 millones de personas en todo el mundo.
No llames bipolar a cualquiera, no estigmatices a las personas con esta enfermedad, y, sobre todo, recuerda que al igual que Carrie la mejor ayuda es compartir eso que llevas adentro.
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