El 17 de mayo de 1980, víspera de las elecciones presidenciales, en Chuschi (Ayacucho), un grupo de subversivos quemó la oficina electoral en ese distrito. Ese día no murió nadie y fue considerado un simple acto vandálico. Nadie se imaginaba que este hecho sería el comienzo de 20 años de terror en el Perú. Era la primera acción armada que marcaba el inicio de la llamada “guerra popular” contra la sociedad y el Estado peruanos por el grupo terrorista Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL), encabezado por Abimael Guzmán Reynoso.
Guzmán, natural de Arequipa, había entrado a las columnas del PCP cuando tenía 20 años. A inicios de 1970 se desempeñaba como profesor de Filosofía en la Universidad San Cristóbal de Huamanga y desde ahí empezó a adoctrinar a un gran número de estudiantes y profesores en el ‘Pensamiento Gonzalo’, que avalaba el uso generalizado y sistemático del asesinato para eliminar a quienes dicha organización consideraba “representantes del viejo Estado”, el que buscaba destruir para reemplazarlo por un régimen político totalitario. El dogmatismo y fundamentalismo de Guzmán desencadenaron en el Perú acciones de violencia nunca antes registradas en la historia republicana.
IMPACTO DE SENDERO
En su informe del año 2003, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) constató que entre 1980 y el año 2000, Sendero Luminoso cometió graves crímenes que constituyeron delitos de lesa humanidad y fue responsable del 54% de víctimas fatales: 31,331 personas.
En 1980, Sendero Luminoso tenía 500 militantes. Para 1992, año en el que fue capturado Abimael Guzmán, la organización terrorista contaba con 2,700 militantes activos que maquinaban y perpetuaban crímenes planeados por la cúpula. Tras su captura, quedarían atrás los coches bomba, los apagones, los atentados, el miedo y la violencia. Aún existen remanentes terroristas en diversas zonas del valle de los ríos Apurímac y Ene.
Texto: Diana Hidalgo (diana.hidalgo@peru21.com)
Multimedia: Jorge Ramírez (jramirez@peru21.com)
Este texto fue publicado originalmente en 2015. Lo relanzamos al conmemorarse un aniversario más de la caída de Abimael Guzmán
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