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Rodolfo Orellana seguía dando órdenes desde el penal Piedras Gordas I

Abogado implicado en presuntos delitos de lavado de activos y asociación ilícita tenía todo a la mano en su celda de la prisión de Ancón.

Procesado contaba con las mejores comodidades y coordinaba acciones legales desde su celda.
Procesado contaba con las mejores comodidades y coordinaba acciones legales desde su celda.

Un celular y diversos expedientes judiciales fueron hallados por la Fiscalía de Lavado de Activos en el interior de la celda del procesado Rodolfo Orellana Rengifo. Ello evidenciaría los privilegios con que seguía contando al interior del establecimiento penitenciario de máxima seguridad de Piedras Gordas I, en Ancón.

Entre los diversos documentos hallados destaca un sobre de manila con el rótulo “Blanca, diligencias”, en cuyo interior se halló una hoja de ruta con disposiciones específicas para la abogada Blanca Paredes respecto de la denuncia penal que investiga la Divincri Ate por falsificación de documentos contra la administración pública y fraude procesal en perjuicio del hospital Hermilio Valdizán del Ministerio de Salud.

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Otro expediente que viene siendo analizado con detenimiento es un fólder con el logotipo de Chiroque Abogados & Consultores en el que se aprecia como rótulo “hábeas corpus”, seguido de las anotaciones: “Objetivos: 1. Lograr la libertad de LOR (Ludith Orellana Rengifo), y 2. Conseguir que se deje sin efecto obligación de la ley de criminalidad organizada”.

En su interior se aprecian apuntes dirigidos para sus abogados que aclaran el borrador del hábeas corpus que iba a ser presentado para buscar la libertad de su hermana. Otro documento clave es el análisis realizado en diversos apuntes de la Ley 30077 que busca sustentar su derogatoria.

“Se nota la preocupación de Orellana por este caso”, señaló uno de los fiscales al leer los apuntes realizados en diversas hojas que fueron hallados en el interior del fólder con la inscripción “José Alejandro Hernández Millán CAL 60443, ONCOSERV LAV DE ACT”.

Como se recuerda, el 17 de diciembre de 2014, la red de Orellana consiguió que un tribunal arbitral ordene al Gobierno Regional de Arequipa el pago de S/.44.9 millones a la empresa Oncoserv Arequipa SAC, representada por los empresarios Eddy Manfreda Geraldino y Victoria Infantas Arrasco. En esta operación habría intervenido el ex dirigente deportivo Guillermo ‘Pocho’ Alarcón.

GOLPE EN LA CELDA
La diligencia inopinada a la celda de Orellana se realizó luego de que el equipo especial de la Dirandro confirmó el ingreso de un celular para dicho reo.

Pocos minutos después de las dos de la madrugada del 9 de junio, el fiscal adjunto Carlos Meza, de la Segunda Fiscalía Especializada en Lavado de Activos, y policías ingresaron al penal.

De esta forma, se daba cumplimiento a la resolución 09, emitida por el juez Arturo Manrique del Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional que dispuso el allanamiento en la celda del procesado Rodolfo Orellana Rengifo.

El alcaide de turno en el penal recibió a la comitiva y pidió que los policías de la Dirandro dejaran en custodia sus armas de reglamento.

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Antes de ingresar al penal, el fiscal Meza dispuso que dos policías registren con sus cámaras el allanamiento y que los adjuntos del Ministerio Público, Héctor Paz y Fernando Vera, sean los responsables de cautelar el material incautado.

El equipo abrió la puerta y encendió la luz. Despertó Orellana. Sin oponer resistencia y desconcertado escuchó al fiscal. “Señor Orellana, soy el fiscal Meza”. Le informó que se estaba dando cumplimiento a la diligencia judicial y le entregó una copia. La expresión facial de Orellana cambió y se tornó desconfiado ante la intempestiva irrupción.

En la celda de 15 metros se hallaba la cama con un colchón de espuma. Estaba rodeada de rumas de libros, documentos, fólderes y archivadores con material relacionado a los procesos o casos por los que se le investiga; la imagen era como si el abogado estuviera en su propio estudio jurídico.

Acto seguido, se procedió a realizarle el registro personal. “Señor Orellana, ¿en su celda existe algún medio y/o dispositivo de equipo de comunicación?”, preguntó el fiscal interventor. El abogado respondió que no existía ningún tipo de equipo electrónico.

Impávido, Orellana se recostó al lado de la pared, cerca de la puerta. Observaba a los fiscales y policías revisar sus pertenencias. Los documentos eran leídos con detenimiento. Tomaron especial interés en los manuscritos. Separaban aquello que consideraban importante para la investigación y lo apilaban encima de la cama.

Luego de 20 minutos, el policía ‘Calín’ halló una bolsa de plástico con diversos objetos al lado del wáter, la levantó y dijo “aquí hay un celular, señor”.

El fiscal adjunto cogió el celular de color negro, marca LG, con un chip Movistar y un adaptador de energía artesanal, y fue colocado encima de la cama. “¿Este celular es suyo?”, preguntó el fiscal. Orellana contestó que no. “Me lo deben haber colocado”, dijo.

“¿Puede darnos la clave, por favor?”, le increparon. “Como le indico, deben haberlo puesto ahí”, replicó Orellana. Luego, el fiscal dispuso que se colocara en el acta que el procesado negaba ser dueño del celular. Al visualizar la pantalla se observó: 2:49 del 9 de junio.

Luego de cuatro horas de búsqueda en el interior de la celda, se procedió a levantar las actas que el procesado Rodolfo Orellana se negó a firmar.

Al término de la diligencia, el fiscal Meza dio cuenta del hallazgo del celular. Inmediatamente, se iniciaron las coordinaciones con las autoridades penitenciarias para su traslado al penal de Challapalca (en Tacna), en donde se encuentra actualmente.

Los documentos incautados vienen siendo analizados en la Dirandro. En tanto, el celular fue derivado a la División de Delitos de Alta Tecnología de la Dirincri para la lectura de la memoria. Sin embargo, fue devuelto a la Dirandro ante la imposibilidad de quebrar la clave de seguridad.

Ese fue el primer golpe al encarcelado Orellana. El segundo vendría días después, con la orden de recaptura del presunto brazo legal de la organización.

Por Carlos Neyra (carlos.neyra@peru21.com)


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