El cuestionado general Raúl Salazar se victimizó y arremetió contra sus críticos en su despedida de la Policía, que opacó la ceremonia en que asumió el mando de la institución su sucesor y recomendado, el general Jorge Flores Goicochea.
“Estas estrellas que tengo en el uniforme no me las regaló nadie”, dijo en un largo e inusual discurso de despedida. “No tengo amistad ni parentesco con nadie”, agregó en un intento por desmarcarse de la cercanía que se le atribuye a la pareja presidencial y que lo mantuvo en el cargo cerca de dos años.
Salazar alegó que tiene una foja de servicio limpia. “Que me saquen, pero nunca por corrupto, porque no lo soy”, anotó. “Un día encontré a mi hijo de 12 años llorando por el flagelamiento que he recibido”, contó.
“Soy un hijo bien nacido, no puedo criticar a mi institución, no como aquellos fracasados que nunca hicieron nada, yo sí hice”, continuó el exjefe dela Policía, quien pasa al retiro y afrontaría una investigación en el Congreso por una costosa remodelación que hizo a su oficina.
Salazar dijo que se va triste, pero con “la satisfacción del deber cumplido” y con la frente en alto, pese a que fracasó en la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado.
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