El Ministerio Público tiene como funciones la defensa de la legalidad, los derechos ciudadanos y los intereses públicos en representación de la sociedad en aras de los intereses de la justicia, sus objetivos son distintos a las pretensiones de las partes, incluyendo al Estado y sus abogados, he aquí la importancia de la elección del Fiscal de la Nación.
[Pablo Sánchez fue elegido fiscal de la Nación]
Desde su fundación o reconocimiento de la autonomía con la Constitución de 1979 se han reconocido ciertas prácticas o costumbres en la Junta de Fiscales Supremos, que no son norma expresa, son acuerdos que se han ido tomando en épocas de consenso para proteger la imparcialidad y sobre todo para evitar que los apetitos personales o las coyunturas políticas se impongan en la casa del defensor de la legalidad.
Algunas prácticas han sido la elección del Fiscal Supremo más antiguo como Fiscal de la Nación, la designación del Fiscal Supremo Titular menos antiguo como representante ante el Jurado Nacional de Elecciones, la designación del Fiscal Superior más antiguo a nivel nacional como Fiscal Supremo Provisional en el caso de una vacante, prácticas que no son obligatorias, pero que son referencias, usos y hasta costumbres en las instituciones que buscan fortalecer su institucionalidad.
[Pablo Sánchez: ‘Al Ministerio Público no le temblará la mano en caso de Interoceánica’]
Nadie puede obligarlas, pero son prácticas sanas y recomendables, así reconocemos la antigüedad y reducimos ese margen de amistad o conveniencia coyuntural, no quiere decir que esto se imponga de manera absoluta, el Fiscal de la Nación siempre tiene ese margen de decisión fruto de su experiencia y años como Fiscal Supremo para reconocer la meritocracia.
La predictibilidad en la elección del Fiscal de la Nación permite a los otros fiscales supremos ir entendiendo de las experiencias de otros y les permite organizar su grupo de trabajo, por esta razón me pronuncié hace más de un año que debió considerarse la antigüedad, y el respeto a las sanas prácticas.
La juramentación del Dr. Pablo Sánchez Velarde goza de toda legitimidad por su experiencia y lo que representa, y ahora la Junta de Fiscales Supremos debiera reflexionar sobre el reconocimiento a ciertas prácticas.
Saludo la Juramentación del Fiscal de la Nación con entusiasmo, y estoy segura del camino, el compromiso y profesionalidad que seguirán los Fiscales Supremos Titulares, Dr. Pablo Chavarry Vallejos y la Dra. Zoraida Ávalos.
Finalmente, el Consejo Nacional de la Magistratura debiera debatir sobre los concursos para jueces y fiscales, estos no son necesariamente concursos académicos o sólo de méritos, sino también de cualidades y virtudes personales, ósea las referencias, que por cierto parecen haber sido olvidadas.
Por Nelly Calderón – Ex fiscal de la Nación
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