El sexo tiene grandes beneficios para el ser humano, pero a veces uno encuentra noticias curiosas que provocan reacciones como “¿están hablando en serio?”. Uno no puede creer lo que está leyendo. Por ejemplo, una encuesta del portal británico Voucher Codes Pro concluye que los jugadores de Xbox 360 tienen mejor desempeño en la cama que los usuarios de consolas como PlayStation 3 o Nintendo Wii. ¿En serio? ¿Es que acaso videojuegos como God of War o Halo potencian las funciones sexuales? Cabe precisar que la evaluación fue, en realidad, una autoevaluación: fueron los propios encuestados los encargados de asignarse una calificación. Así cualquiera. Aquí no hay ciencia.
Otro hallazgo para discutir: el mapa de los países que tienen más relaciones sexuales. Según un estudio de la empresa Durex, Grecia es el país donde las personas se acuestan más. El resto del podio está ocupado por Brasil y Rusia. La primera pregunta es: ¿cómo obtuvieron esta información? Respuesta: mediante encuestas. Nuevamente nos enfrentamos con la credibilidad pues no hay forma de verificar que los encuestados estén diciendo la verdad. No es tan sencillo como decir si uno prefiere Pepsi o Coca-Cola o si votará por el Sí o por el No. Es más, ¿sería raro que alguien fanfarronee un poco cuando un entrevistador le pregunte cuántas veces a la semana tiene sexo? “Todos los días, obviamente” dirán algunos, cuando lo cierto es que solo es una vez por semana. O ninguna si está soltero y solo juega Xbox 360 en vez de buscar novia.
También hay estudios cuyos resultados son desafiantes. Por ejemplo, científicos de la Universidad Estatal de Nueva York publicaron un estudio que, en síntesis, decía lo siguiente: el semen es un antidepresivo natural. La investigación concluyó que aquellas damas que recibían con frecuencia el semen del ser amado eran más felices que el promedio. Esto debido a que los componentes del mencionado fluido mejoran la calidad de sueño, reducen la ansiedad y estimulan la producción de hormonas. ¿Será cierto?
Pero hay un hallazgo que quizás sea el más controversial de todos. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Ámsterdam, la excitación sexual estimula el intelecto. Es decir, uno se pone más inteligente. Esto sí resulta más difícil de creer. Al contrario, la experiencia parecería demostrar lo contrario. Piense en las locuras que ha hecho cuando ha estado excitado. ¿No le parece que la racionalidad se tomó un descanso?
La moraleja: no se deje llevar así nomás por estos estudios. Vale la pena cuestionar e investigar más al respecto. O, mejor aún, realizar su propio trabajo de campo.
DATOS
- Si busca un buen material que hable sobre sexo y ciencia de manera seria, le sugerimos S=EX2 (2012), del español Pere Estupinyá. Para elaborar este libro, el autor entrevistó a diversos expertos en sexualidad y hasta vivió en carne propia experiencias desafiantes. Disponible en www.amazon.es.
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