Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
“Por lo tanto, podríamos estar entrando en una época más débil. Esto sólo refuerza mi mensaje principal: hacer políticas más fuertes para evitar que la economía global se vuelva más débil”, incidió la directora gerente del FMI.
Las palabras “políticas más fuertes” en boca de los delirantes del Fondo dan escalofríos. Ya sabemos cuántas economías han hundido. Lo que no sabemos es cómo ellos, expertos en producir naufragios, pueden sugerir soluciones que saquen a flote las devaluadas economías de la zona del euro.
Lagarde acepta que el desempleo sigue aumentando, sobre todo en jóvenes, y el crédito a las empresas solo crece en algunos países, pero no en España o Italia. Suponemos que tampoco en Grecia, Portugal y Chipre. En su opinión, “los países bajo la presión de los mercados no tienen más opciones que atenerse a una senda ‘estable y coherente’ de ajustes”, pero en el resto el ritmo debe adecuarse a la velocidad de la recuperación y acomodarse al crecimiento, algo que están comenzado a reconocer las autoridades europeas. Más ajustes ya no significan hambre y desempleo, esto ya está instalado: hace 18 meses que decrecen. Más ajustes significan revueltas sociales. Cuando la gente teme más a la vida que a la muerte, como decía Sartre, la situación se pone peliaguda para los gobiernos y para estos deshumanizados organismos destinados a mantener el statu quo.
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