Fritz Du Bois,La opinión del director
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En realidad, ha sido escandalosa la facilidad con la que se acogieron a beneficios penitenciarios, confabulados con funcionarios y magistrados, siendo recién después de 10 años –al final del gobierno pasado– que les cerraron el caño. Pero fue tarde: casi todos están de vuelta en las calles, y son muy pocos los que continúan encarcelados.
En todo caso, no hay nada que se pueda hacer ya que cumplieron la condena que les habían dado. Pero lo que sí es una vergüenza es la ineficiencia del Estado para tenerlos identificados.
Primero tuvimos la denuncia de Perú21 de los cerca de mil terroristas que han ingresado al profesorado. Sin embargo, la ministra de Educación –que no sabía de su existencia hasta leer este diario– continúa evaluando, luego de cinco meses, cómo hacer para retirarlos, y ellos siguen en los colegios enseñando.
Ahora destapamos que el asesor legal de Gobierno Interior es un terrorista buscado por el Poder Judicial, y su empleador no estaba enterado. Durante el año que este señor viene ocupando el cargo, ha preparado 17 mil resoluciones destituyendo y nombrando a los 2 mil gobernadores –a nivel regional, provincial y distrital– que son designados. Con lo cual debe de haber colocado en esos puestos a innumerables camaradas y allegados.
Así que ya no solo tenemos terroristas en las aulas de nuestros hijos sino también estarían a cargo, como autoridad política, de quién sabe cuántos distritos y poblados, al margen de conocer en detalle los planes de la Policía para enfrentarlos. Se nos están metiendo por todos lados y este gobierno, por incapacidad o complicidad, los está dejando.
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