En la vida sexual de pareja hay indicadores que no deben pasarse por alto. Lo usual es hacerse de la vista gorda, pero la propuesta es que haga totalmente lo contrario: preocúpese. Dos preguntas son vitales en este sentido. La primera va para los varones: ¿Considera que tiene una erección satisfactoria? Si al buscar una metáfora para definir su propia erección no encuentra algo mejor que la imagen de un ‘chup’ aguado, es hora de buscar a un urólogo y tomar cartas en el asunto. Hay soluciones para la mayoría de los casos, afortunadamente. La segunda pregunta va para las mujeres: ¿Suele llegar al orgasmo cada vez que tiene relaciones con su pareja? Esta cuestión es fundamental ya que muchas tensiones en el plano sexual se originan por el poco interés que el hombre pone en el orgasmo de su pareja. Definitivamente, no es nada saludable que el varón tenga orgasmos y que la mujer sea el medio para conseguirlos. Reivindicar el placer femenino es una tarea de dos: el hombre debe dejar el egoísmo y la mujer debe exigir su derecho a disfrutar.
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