Santiago Pedraglio,Opina.21
spedraglio@peru21.com
Estos dos últimos meses, la aprobación de la gestión presidencial y la de la primera dama han descendido bruscamente; sin embargo, se disiente sobre las causas, y tal parece que en Palacio hubieran asumido algunas sin sopesar debidamente otras.
Según la mayoría de los medios, las razones son la sospechada campaña por la candidatura de Nadine Heredia en 2016 (“reelección conyugal”, según Alan García) y el “intervencionismo estatal de visos pro chavistas” supuestamente expresado en las tratativas para comprar Repsol y que habría causado incertidumbre entre los empresarios. ¿Son esas las causas principales del descenso? Para Palacio tal vez, considerando las declaraciones de Nadine sobre su no postulación. Pero para el común de la gente hay otras de más peso, y hay que buscarlas en asuntos tan concretos como la calidad de los servicios públicos que, a pesar de los esfuerzos, no han mejorado sustantivamente para un alto número de personas.
A esto hay que sumarle proyectos de ley como el del retorno al servicio militar obligatorio, con subterfugios que no esconden la esencia de una decisión que perjudica a muchos jóvenes. Igualmente, el proyecto de reforma universitaria, que preocupa no solo a estudiantes y autoridades, en especial de las universidades públicas, sino también a padres de familia. Y la ley del servicio civil, que compromete a cerca de 600 mil servidores públicos.
La imagen actual del mandatario –un presidente más sensible a los que ven en cada esquina a un chavista camuflado que a lo que dice la calle– debería preocupar en Palacio de Gobierno.
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