Sandro Venturo,Sociólogo y comunicador
Autor: Ricardo Monzón Kcomt.
rmonzon@peru21.com
Este domingo se llevarán a cabo las elecciones municipales y regionales en todo el país, y Lima es la plaza en la que más fuego cruzado hubo en los últimos días. Para analizar la campaña electoral en nuestra capital, conversamos con el sociólogo y comunicador Sandro Venturo, columnista de Perú21.
¿Ha habido propuestas serias en esta campaña?
Esta campaña está mostrando que estamos discutiendo las campañas porque no hay mucho mensaje que discutir. Si hubieran temas polémicos, estaríamos hablando más de las propuestas que de las campañas. Estamos discutiendo más la carrocería que el motor.
¿Cuán profundo ha sido el debate municipal?
No hay un tema de fondo en los debates en general, excepto en un par de candidatos: Villarán y Cornejo. Los demás candidatos están buscando la propuesta efectista. Por ejemplo, Heresi está hablando de sacar al Ejército a las calles y está claro que la municipalidad no tiene esa atribución; es una propuesta efectista que no responde a una idea de ciudad. Hay un deterioro de la oferta política.
Este deterioro se refleja en su forma de hacer publicidad…
Por un lado, ves una campaña sin propuestas, y, por otro lado, ves candidatos que no tienen una trayectoria previa o que no son conocidos por el electorado. Entonces, buscan, a través del chiste, del baile, del humor, de tomarse la foto con personajes de la farándula, hacerse conocidos.
Pero eso es válido…
Lo que pasa es que, en el mundo ideal, un candidato debería ser alguien que ya tiene cierta trayectoria política y que en la campaña electoral esté debatiendo sus propuestas, pero, como eso no se cumple, son candidatos que en dos meses buscan hacerse conocidos.
¿Cree que a Salvador Heresi le sirvió bailar?
El mayor beneficio de Heresi en estas elecciones es que se hizo más conocido, pero, en las últimas semanas, candidatos como Cornejo se han posicionado con más solvencia técnica. Heresi se ha ido despintando con propuestas efectistas que no han pegado en la gente, y Cornejo, si hubiera iniciado mucho antes su campaña, probablemente hoy tendría más puntaje.
A Cornejo le resta votos su símbolo. El Apra es la nube gris que nubla su camino…
El Apra es un partido con muchas resistencias. En el ránking de los más corruptos aparece primero, y el gran freno para la candidatura de Cornejo ha sido llevar la estrella.
¿Cómo manejó Luis Castañeda su mensaje?
Su mensaje fue y es simple: vuelven las obras. Lo que está haciendo es capitalizar su gestión anterior, no necesita hablar del futuro, del presente, del plan que tiene para Lima. Solo dice que, si lo eligen, hará lo mismo que hizo antes.
Bien básico su discurso…
Es un discurso que capitaliza la gestión descalificada de Susana Villarán y el anonimato de los demás candidatos. Ahora cada elección se ha convertido en algo así como entrar en una tienda de ropa con llagas. Todos tienen llagas, buscas la que tenga menos.
Es decir, el mal menor…
Claro, y Castañeda es el rotundo y mayoritario mal menor, porque él no necesita decir qué va a hacer con la ciudad; solo necesita recordar lo que hizo. Es como elegir al mal conocido.
¿Castañeda puede perder?
Bien difícil que Castañeda no gane. En este momento lo que está en juego son los demás puestos, para saber cuáles serán las bancadas de oposición en el Concejo.
Pero con el porcentaje que ostenta tendrá poca fiscalización porque entrarán muchos de sus regidores…
Yo creo que la oposición va a ser durísima. Se la van a cobrar después del intento de la revocatoria. En su gestión va a estar obligado a rendir cuentas y va a tener que mostrar resultados mucho antes de lo que lo hizo en sus gestiones anteriores.
Durante la campaña se habló de guerra sucia, ¿existe?
Guerra sucia existe en el Perú y en todas partes del mundo, y las campañas electorales se juegan siempre en dos niveles: con mensajes positivos o negativos en contra del resto de oponentes. Entonces, que haya guerra sucia no es un problema, es parte de la lucha electoral mientras sea dentro de las leyes. Si alguien se queja de guerra sucia, no debería jugar en política.
Hubo dardos de todos lados, pero al final Villarán se volvió confrontacional.
En el último año buscó mejorar su imagen enfrentando grandes reformas, dejando la sonrisita y el discurso etéreo por mensajes políticos más claros, sus spots últimos son hiperconfrontacionales, pero ya es muy tarde. Lo que tiene en la cabeza la gente sobre Susana Villarán es que es ineficiente y vaga. A pesar de que su campaña que no ha estado tan mala en términos técnicos, no podrá remontar.
Finalmente no habrá ninguna sorpresa…
No. Esta campaña refleja que, en Lima y en el Perú, el lugar para el ‘outsider’ ya se agotó. Antes la gente que no confiaba en el político tradicional podía ensayar o aventurarse con un Belmont, un Fujimori, un Toledo o un Humala. Susana Villarán también fue producto de eso. Ahora la gente prefiere volver al pasado porque es más seguro.
AUTOFICHA
- “Las elecciones se han vuelto un sorteo, una rifa, donde los candidatos hacen campaña al último. ¿Por qué lo hacen? Porque temen quemarse. Entonces todos se concentran en los últimos dos meses, pero ese tiempo es insuficiente para hacerse conocidos y dar propuestas”.
- “Los mejores equipos técnicos han sido los de Castañeda y Villarán. El problema no ha estado en sus campañas. Ha estado en el pasivo y el activo político de ambos. Los pasivos de Susana Villarán son más altos que sus activos”.
- “Partidos como el PPC, Somos Perú y Acción Popular están demostrando desorganización, fragmentación, feudalismo. En la medida que la gente no los ve sólidos y que no tienen una propuesta integrada para toda la ciudad, pierden el interés de la población”.
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