Aldo Mariátegui,Ensayos impopulares
amariategui@peru21.com
Santiago ya venía molesto con Quito desde que este se desmarcó de la posición chilena de La Haya y luego firmó sus límites marítimos con Lima, lo que nos es valiosísimo. Algún día se reconocerá la excelente gestión de Joselo en Torre Tagle, que debió continuar allí hasta finiquitarse La Haya en lugar del inú-til de Roncagliolo o la extraviada en el puesto de Eda Rivas. Pero nuestro eternamente desconcertado país jamás tendrá políticas de Estado, como Chile, y aquí más bien calichinas como Nadine deciden tragicómicamente quienes serán los cancilleres, sea por simpatías o por sí allí tocan mujeres por “cuotas de género”… Bueno, si su ginecóloga es embajadora en una relevante capital europea como París, al otro inútil de Eguiguren lo ha colocado en la embajada europea más importante para nosotros, “cochebomba” Lynch estuvo en Buenos Aires como otro correligionario pendenciero en Caracas y a los ine-fables Mocha y Willy los ha mandado a Uruguay y Honduras como premio consuelo, junto a Rudy Vega en Managua. El mismo Forsyth no da para Washington; no debería haber pasado de Atenas o Panamá.
En fin, esto siempre ha sido cheverengue y Nadine jugando a Talleyrand o (¿o a María Antonieta? ¿Ollanta es su Luis XVI?) es tan sólo un incidente más de nuestra ultrafolclórica nación. Se acaba el eje Santiago-Quito… ¿Se habrán enterado Nadine y Eda Rivas? ¡Hello chicas! ¡Hello Kitty!
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