La reducción de la pobreza en los últimos siete años ha permitido que la clase media en el Perú se duplique en el mismo periodo, destaca un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Pese al avance, no hay que caer en triunfalismos pues parte de la población que mejoró su situación económica es informal y, también, vulnerable, dice Fidel Jaramillo, representante del organismo multilateral.
De acuerdo con la investigación del BID, siete de cada 10 peruanos ya son parte de la clase media, es decir, el 70% de la población. De ese grupo, un 49% formaría parte de la clase media propiamente dicha, y el 21% estaría dentro de la llamada clase media emergente. Solo un 2% pertenecería a la clase alta, y otro 27.8% aún vive en la pobreza.
CUIDADO CON LA TRAMPA
¿Cómo se ha logrado esta mejora? Entre 2005 y 2011, el ingreso per cápita real ha aumentado 9.3% al año.
Alrededor del 80% de este cambio en la situación de las personas fue propiciado por el crecimiento económico, y apenas el 20% por políticas implementadas por el Estado.
“Este fenómeno se ha dado en un contexto de estabilidad macroeconómica, apertura comercial y promoción de la inversión privada. Sin embargo, hay retos pendientes pues persisten brechas sociales y hay necesidades básicas insatisfechas”, refiere Jaramillo.
Explicó que, por ejemplo, del 21% que forma parte de la clase media emergente, un 7% –es decir, 2 millones de ciudadanos– está apenas “un dólar por encima de la línea de pobreza”, anota el experto.
Hay otra barrera crucial que se debe enfrentar, afirma la citada entidad: la mitad de la población que ha salido de la pobreza y se ha integrado a la clase media se articula a la economía a través de canales informales. “Es clave promover el acceso al crédito, la educación, la cobertura en salud y el ahorro para la jubilación”, sostiene Jaramillo.
DATOS
- Mejoras
Entre 2005 y 2011, la pobreza total disminuyó y pasó de afectar al 48.7% de la población al 27.8%.
- Barreras
Solo un 31% de peruanos califica para tener un crédito, según Experian. Las AFP estiman que el 58% de adultos no está aportando para su retiro.
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