Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
Las respuestas fueron concluyentes. Uniendo razones de manera ilógica, llegaron a conclusiones igualmente ilógicas, pero que parecían conformar de manera total al expositor y a sus secuaces. Este comportamiento se parece al ‘etnocentrismo’ que es una constante de las culturas primitivas. Cada grupo se considera a sí mismo la creación de Dios y ve a los otros como inferiores. La noción hebrea de “pueblo elegido” es etnocentrismo puro, y la concepción de “raza superior”, sostenida por el nazismo, es la expresión patológica más aguda de este principio. Estas convicciones, que carecen de asidero lógico, movilizan las emociones de quienes en ellas creen, pero jamás logran poner en marcha su razonamiento. El día que lo logren, la convicción se esfumará.
En vísperas de la ‘Revocatoria’ es útil reflexionar sobre este tema porque quienes adhieren a una idea lo hacen alimentados por informaciones que alientan un espíritu de cuerpo que cierra ojos y mente a las realizaciones e ideas del otro. Un sector de la prensa, el más nefasto, habla de desarrollo mientras invita a sus lectores a paralizar a una Lima que, después de muchos años, comienza a afrontar los grandes problemas que la postergan. Quienes han lucrado con el desorden y la descomposición social no quieren, evidentemente, que su fuente de recursos desaparezca y, por tanto, arremeten, calumniando y esgrimiendo mentiras, contra una alcaldesa que ha apostado por una decencia política que casi habíamos olvidado.
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