La denuncia sobre el presunto favorecimiento a la empresa Krasny del Perú, de propiedad de Alexis Humala, con millonarios contratos con el Estado peruano, ha de-satado un escándalo más mediático que partidario. En Gana Perú, e incluso en las tiendas aliadas de Perú Posible, el “destape” ha causado menos asombro que incomodidad pues, dicen, eran ‘vox pópuli’ los negocios entre el ‘hermanísimo’ del presidente Humala y diversas entidades del Estado.
Como suele pasar desde que llegaron a Palacio, la primera reacción oficialista después del estallido de la ‘bomba’ fue el blindaje, faena para la que contaron, una vez más, con el apoyo de Perú Posible, Solidaridad Nacional y Yehude Simon. Sin embargo, orillados por la oposición y el asedio de los medios de comunicación, no les quedó otra que avalar el pedido de investigación. Por lo menos aparentemente. Y es que, al mejor estilo de su antecesor, el titular del Legislativo, Víctor Isla, sacó de bajo la manga la semana de ‘shopping’, perdón, de representación de los legisladores alegando la proximidad del feriado largo. Afortunados ellos, Santa Rosita les hizo el milagro. Y así, sin mucho ruido y como quien no quiere la cosa, los parlamentarios han puesto pies en polvorosa y con maleta en mano se han ido a provincias, algunos dizque para reencontrarse con sus electores y otros, solo Dios sabe, por lo que –salvo honrosas excepciones– no se les verá la cara hasta setiembre. Recién ahí el Pleno debatirá otorgarle facultades de comisión investigadora a Fiscalización para el caso Alexis Humala, así como los pedidos de interpelación a Trivelli y a Cornejo. Para entonces, aseguran en el nacionalismo, todos estos temas se habrán ‘enfriado’ y habrán perdido fuerza las denuncias. El objetivo se habrá cumplido…
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