Lucía de Althaus,Opina.21
www.parentalidad.pe
En el Facebook la vida parece perfecta: las vacaciones más paradisíacas, la familia ideal, los hijos más buenos y bellos del universo. Se cuelgan las fotos en las que uno sale más guapo y en la que los hijos salen más lindos. Y mientras más belleza hay, más ‘likes’ acumulados. ¿No hay ahí un mensaje falso de cómo es la vida y una sobrevaloración de lo estético?
En este contexto, los adolescentes corren un riesgo. Ellos están completando la imagen de sí mismos –proceso que empezó con la mirada de los padres en la infancia– ahora con la mirada de sus compañeros. Lo que ellos opinen de mí será lo que soy. Se sobreexponen con fotos para buscar la aprobación de los demás (más ‘likes’), imponiéndose el mensaje de que la belleza externa es lo que te define. ¿Dónde quedan los otros aspectos valiosos de las personas, como la creatividad, la pasión por las cosas, el humor, la bondad, etc.?
Quizás nuestra labor como padres es explicarles constantemente la importancia de desarrollar esos otros aspectos de la personalidad, ser la contraparte de esta pantalla falsa en donde la belleza parece ser el centro de todo.
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