Carlos Basombrío,Opina.21
cbasombrio@peru21.com
Pero, además, al 50% no le gusta que ella sea de izquierda y por eso han revocado a sus regidores. Ello confirma que Villarán ganó las dos veces no por ser de izquierda, si no pese a ello.
Los segundos, los promotores, han perdido en toda la línea. La venganza por la investigación a Comunicore no pudo consumarse. La mayoría logró darse cuenta de lo que realmente había debajo de la mesa.Castañeda, en particular, ha hecho un papelón. Por meses negó su vinculación con el Sí. Cuando las evidencias se acumularon tuvo que reconocer que su partido estaba detrás, pero él seguía ocultándose. Un audio –ilegalmente grabado por su entorno– corroboró que él era el gran titiritero. El domingo, violando todas las normas electorales, concedió una entrevista en TV tratando de sacar partido de esa revelación. Algo así como: “OK, si soy yo, entonces voten por el Sí para que yo regrese”. Fue un desastre. Lo simboliza el hecho de que el único regidor de oposición revocado ha sido su hijo.
El Apra y Alan García han sido también derrotados. Se metieron creyendo que tendrán la oportunidad de aparecer en la foto de los victoriosos. Mostraron su pequeñez política y, además, su deteriorada imagen sumó para el No.
Aún derrotados, el costo de la aventura de Castañeda y García la vamos a pagar todos. No nos hemos librado de otras elecciones. Unas que serán aún más absurdas que las que acabamos de concluir. El capricho de Castañeda y García nos ha costado ya meses de una ciudad semi paralizada esperando un resultado. Y, según el especialista Fernando Tuesta, ¡100 millones de soles! Pues ahora habrá que gastar 100 millones más y ver la forma de que Lima pueda seguir siendo manejada con la menor perturbación posible.
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