Lucía de Althaus,Opina.21
quererteatiperu21@gmail.com
El problema de los exámenes de ingreso a los colegios está siendo cada vez más complicado. Al tener tanta demanda, se dan el lujo de tener criterios de ingreso cada vez más exquisitos, en búsqueda de una supuesta élite estudiantil. Respondiendo a esto, los centros preescolares se están convirtiendo en centros de preparación para niños robotizados.
Quizás, para que esto vaya cambiando, hay que cambiar primero la concepción de lo que es una élite estudiantil y el concepto de lo que es el éxito.
En la actualidad, esto es sinónimo de buenas notas, excelente comportamiento, adelanto en el desarrollo de habilidades (mientras más rápido adquiere tal destreza, más inteligente es el niño) y acumulación de información.
Pero esto se contradice con lo que se busca en la actualidad en el ámbito profesional: adultos con buenas habilidades emocionales (capacidad de liderazgo, de iniciativa, de comunicación con los otros).
Todo esto se forma en la primera infancia, y si los centros preescolares y escolares ponen más énfasis en estas habilidades “blandas”, tendremos niños más felices y futuros adultos más integrados y capaces.
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