Juan José Garrido,La opinión del director
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¿Encargarle a la congresista Chávez esto era como entregarle la indagación sobre aspectos relativos a la fe a un ateo? Puede ser, en tanto la congresista se ha pronunciado abiertamente en contra del documento. ¿Alguien con una posición tan formada podrá ser objetiva y diligente en el encargo?
No obstante, y siendo conscientes de ello, nos queda a muchos cierta incomodidad con lo que dicho comportamiento –intolerante– sugiere. Si efectivamente el documento se ciñe al encargo señalado (establecer, entre otras, las causas que contribuyeron a la violencia terrorista vivida, nada menos), ¿lo importante no sería absolver las dudas y cuestionamientos que aún persisten? ¿O debemos negar la existencia de diferencias detrás de las conclusiones y, por lo tanto, asumir que no hay conciliación posible?
Y en este caso, si lo más importante es cuestionarla y aclararla hasta la saciedad, ¿no sería mejor que quien lidere dicho encargo sea un ateo del mismo?
Habemos los que tras leer las conclusiones nos quedan dudas. Existimos los que creemos en la necesidad de una CVR, y esperamos que la misma sirva a su propósito. Ello no nos lleva, ni por cerca, a compartir las opiniones de la parlamentaria Chávez, pero sí a que la misma sea revisada, a fin de disipar nuestras legítimas dudas.
Exhortamos, si de algo sirve, a que las partes asuman este espacio como una oportunidad para clarificar más las cosas. Felizmente no estamos discutiendo sobre lo divino, así que –salvo que seamos mezquinos con las futuras generaciones– debiera existir el ánimo para asumir el reto. Ojalá, por el bien de la verdad y la reconciliación que tanto necesitamos.
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