Demasiado seguido, la política peruana se vuelve autorreferencial al verse subsumida en sus propios intereses y sirviéndose solo a sí misma.
Demasiado seguido, en nombre del legítimo diálogo democrático, los políticos producen titulares estridentes sobre lo que dijo el político anterior en referencia a lo que expresó un tercer político sobre el primero (y nosotros, generosamente, lo llamamos debate partidario).
Demasiado seguido, la política de nuestro país trata mucho sobre los políticos y poco sobre lo que realmente hacen.
Estos son diálogos absolutamente desprovistos de fondo, sin contenido orientado a políticas concretas a favor de los ciudadanos, sin discrepancias ideológicas reales, sin un norte más claro que la circularidad.
Esta es la manera onanista de hacer política cuando las ideas escasean.
Diego Macera
@dmacera
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