Seremos breves, como lo es este espacio. Cuando el ex presidente Ollanta Humala aún no asumía funciones, tuvo que afrontar un gran escándalo: el viaje de su hermano Alexis a Rusia, quien se entrevistó con el canciller ruso y varios ministros a nombre del futuro gobierno. El entonces futuro mandatario bajó el tono del asunto diciendo: es una reclutada, término del argot militar que equivale, para ser benévolos, a inexperiencia.
El presidente PPK, a quien la mayoría celebra aún su estilo, digamos diferente, ungió de asesor en temas de salud al médico Carlos Moreno, quien declinó ser ministro. Según la versión oficial (no tenemos que creerla a pie juntillas), el premier Fernando Zavala recibió una grabación ‘anónima’ de conversaciones impropias de Moreno el 30 de setiembre. El 1ero. de octubre el ex asesor fue informado de la grabación y renunció. Se aceptó esta, dándosele las gracias por los servicios prestados. ¿Al hoy denunciado se le perdonó la supuesta corrupción?
Las tortugas, los camellos y el zoológico en pleno se le pasaron al gobierno. Aparentemente no sabían que el gastroenterólogo Moreno tenía condena de prisión suspendida durante el gobierno de Humala y problemas judiciales anteriores. Asimismo, aunque se quiera soslayar la inquietud, comprobar si hay chuponeo en Palacio o no sigue pendiente. No sería el primer gobierno en este trance. Menos cuando hemos visto al servicio de inteligencia en acción durante el humalismo.
Desde el 1ero. de octubre al viernes 7, la quietud reinó. Cuando el médico dijo en la mañana del viernes que había ‘chuponeo’ en Palacio aludiendo a su caso, el gobierno lo denunció en la tarde como un corrupto grande y gordo. Extraño muy extraño. Luego los audios aparecieron como champiñones. También la denuncia es sui géneris. No la hace la Procuraduría respectiva y la imputación no lleva nombre propio, implica a quienes resulten responsables. O sea Fantomas.
Los audios volanteados implican a personas leales cercanas al régimen y a autoridades religiosas, que de pronto tienen los reflectores encima. Se puede suponer pugnas internas, descoordinación, falta de reflejos y tanto más.
Traerá cola ciertamente y debilitará a un gobierno frágil, generando desconcierto. Aunque, del lobo un pelo, se nos presenta esto como una señal clarísima de la lucha contra la corrupción. El delito del médico lo determinará la justicia. El gremio médico sabe que el SIS no puede alterar tarifas, por ahí no está lo ‘trucho’. Al parecer, Moreno quiso colocar a su hija y favorecer a la clínica en cuestión (por cierto, tiene una buena infraestructura que bien merecen los pobres).
Entretanto, el SIS está desfinanciado hace un tiempo y recién nos enteramos. Se sabe que un asesor de PPK no tiene título universitario y el otro ostenta una dudosa imagen. La endoscopía en el gobierno es urgente.
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