Luego del lío sobre si nuestro legítimo pisco participaba o no con el nombre de aguardiente en un concurso internacional en Chile, el siempre equilibrado y confiable pisco Demonio de los Andes (Tacama) ganó una medalla de oro en Francia y otra en Inglaterra, donde cosechó dos preseas adicionales. En Bruselas, nuestra bebida nacional obtuvo distinciones.
El aguardiente chileno no destaca porque es un destilado rectificado que utiliza agua para alcanzar el grado alcohólico. Tampoco tiene las variedades de uvas pisqueras de nuestro país. Por eso es soso, sin aroma ni calidad.
Alguna vez un amable embajador chileno en Perú nos dijo que el camino para superar la apropiación chilena de nuestra denominación de origen era que exportáramos juntos, su aguardiente y nuestro pisco. “No puede comparar un Volkswagen con un Mercedes Benz”, respondimos. No es chauvinismo, es una realidad, como lo es que los chilenos de buen paladar consumen el pisco que llega del Perú y cruzan a Tacna para disfrutar de un pisco sour.
Sin pisco de por medio, el contralor fue al Congreso para aclarar la cola de denuncias en su contra y absolvió las acusaciones. No hay manera de probarle lucro en su gusto por ‘los fierros’, ni evasión tributaria, ni favorecimiento.
Bien pobres las preguntas de los congresistas y rala la asistencia. Insólito fue el rapapolvo que le dio un parlamentario, reprochándole no haber educado bien a su hijo porque este le compró un auto al hijo del gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima. Resulta que el vehículo pasó antes por tres ventas. Nada que educar.
El Congreso remueve al contralor por no tener solvencia moral y conducta intachable. Si esto ocurre –y ese parece ser el ánimo–, se debe precisar cuáles fueron los actos reprobables. Sabemos que es un juicio político. Aun así, se requiere una explicación clara. Se equivoca el gobierno en crear ‘muñecos’ para quemarlos. Sus quejas contra el fujimorismo son chillonas, quieren que su lideresa les garantice gobernabilidad, cuando esta no ganó las elecciones. Se amenaza con cerrar el Congreso, tenemos un ministro que será censurado y otro interpelado. El contralor y el Congreso están en la picota.
Mientras tanto, dos recias senderistas saldrán de la cárcel. Sendero no se rinde, busca por todos los medios ganar los espacios públicos por mínimos que sean y son hábiles. Nuestro rumbo es azaroso a menos de un año de gobierno.
Muchos comienzan a protestar, entre ellos los sufridos vecinos de San Isidro, de la zona del Ministerio del Interior. Están aterrados con el cambio de zonificación para que se puedan construir edificios altísimos que les fregarán la vida y su inversión. Digiera esto con un pisco. Salud.
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