Ad portas de una interpelación en el Congreso al ministro de Educación, resulta curiosa la ardorosa defensa del trabajo que este realiza. El apoyo de cierto sector se basa en lazos de amistad y/o simpatía. También cuenta que muchos de los abanderados del ministro tienen convenios y contratos con dicho portafolio. Queremos conocerlos. Quienes escuchan desde hace unos buenos años –y casi cotidianamente– las quejas de padres de familia sobre profesores que no asisten a sus labores, que pegan abusivamente a los niños o escuelas destartaladas se preguntan por qué este publicitado y encendido respaldo. Ningún ministro ha concitado tanta adhesión que lamentablemente no se basa en los logros de su gestión.
El titular de este importante sector no es un pedagogo de nota, es un economista que, si juzgamos por los desfalcos que hay en Educación, no está realizando cabalmente su labor de ecónomo. Luego de que el país conociera una cruda realidad: malos manejos en una compra millonaria de computadoras para los planteles escolares, el titular del pliego aceptó que había corrupción.
Sus adláteres insisten en que no es responsable de esta ominosa ‘uñaza’ que usó la modalidad del ‘pitufeo’ (varios pequeños que roban un montón). El gran bonetón. Pero quien lidera el sector tiene que asumir el fracaso de su labor.
También se le defiende ardorosamente porque su salida implicaría el derrumbe de la Ley Universitaria, que tiene dos años de vida, cuyas bondades se reducen a “mucho ruido, pocas nueces”. Donde los logros son más escasos es en el campo netamente educativo. Parece que defensores y detractores no consideran vital este aspecto.
En marzo del 2016 conocimos los resultados de la evaluación de 2do. de secundaria realizada en el 2015. Fatal y preocupante. Solo el 15% de alumnos logra un aprendizaje solvente en lectura y solo el 10% en matemáticas. Se anuncian con bombos y platillos para el 2017 tres horas semanales de Educación Física, Arte e Inglés en primaria, pero no han previsto plazas docentes en estas especialidades. Puro humo.
En tres años de gestión, el titular de Educación solo ha podido nombrar a 8 mil maestros y hay 100 mil docentes contratados fuera de la carrera. Se afirma que en el Pronied la corrupción es reina y señora. En el 2015, las obras por asociaciones público-privadas fueron un fracaso total.
Final, pero no finalmente, en las redes circula una investigación que indica que la cónyuge del ministro integró la empresa de un publicista argentino que realizó una parte de la campaña de PPK. Labor cuyos costos no están consignados en la ONPE, según el informe. El gran enigma es por qué se mantiene a un ministro del desastroso y corrupto gobierno anterior. Un régimen que cacareó una reforma educativa inexistente. Un misterio sin resolver.
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