16.ABR Martes, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

En un colegio de la incontrastable ciudad de Huancayo, el presidente del Perú lanza dos frases en inglés: ‘I love Huancayo, I love the Sierra’. Probablemente alberga la secreta esperanza de contribuir, aunque fugazmente, al aprendizaje de esa lengua extranjera. No se han numerado los errores presidenciales. Este es pequeño. Sin embargo, los niños y niñas pueden haberlo visto como un turista y –por qué no– como un gringo. PPK conoce bastante el Perú, ha realizado la peregrinación al Ausangate, ha recorrido Junín, pero…
El flamante presidente de Confiep plantea no realizar los Panamericanos para dedicar ese dinero a reconstruir el norte del Perú, apabullado por el fenómeno de El Niño. Aún no sabemos con certeza si se trata de un niño, un niñato o un viejo. Estamos en Babia y las autoridades más. Los Panamericanos cuestan US$1,200 millones y andan atrasaditos, según Contraloría. Sin embargo, el titular de Confiep no se anima a exigir al gobierno que no continúe con el despropósito de gastar la bicoca de US$5,400 millones en la costosísima refinería de Talara.

Todos, hasta el presidente de Petroperú, reconocen que es una inversión no rentable. Argumentan que son contratos y no pueden modificarse. El Gasoducto Sur también comenzó en US$1,300 millones y por magia política llegó a US$7,500 millones. En Piura y Lambayeque hay más de 5,000 familias afectadas. El 3 de febrero se decretó la emergencia por 60 días, pero aún no se puede calcular el monto de los daños.

Con legítimo derecho, el compatriota norteño se indigna. La pasividad gubernamental es igual a la desidia y la ineficacia de otros regímenes. El gobierno no organiza, no gerencia, no construye, no tiene un plan. Ojo: hay o debe haber un Sistema de Defensa Civil, pero solo un ministro, que poco tiene que ver con los desastres, lleva enseres y tiene dificultad para conseguir indispensables motobombas.

El gobierno anterior destinó, no sabemos si gastó, US$3,000 millones para el fenómeno de El Niño. El presidente les dice a los piuranos: “Si su alcalde no funciona, revóquenlo”. En medio de la desgracia, enfrenta a los ciudadanos y hace la de Poncio Pilatos, porque Defensa Civil tiene una estructura nacional por encima de los alcaldes. Claro, al gobierno desastroso de Humala no le cae nada, está bendecido.

Final, pero no finalmente, el “archidefendido” ex ministro de Educación gastó poco, en infraestructura casi cero. Los colegios colapsan y no pasa nada. El premierato contrata en comunicaciones por más de 13 mil soles mensuales a un personaje, dizque periodista, que se dedicó a difamar a tirios y troyanos. Propició una campaña de desprestigio en mi contra por recibir del Municipio de Lima, en un año, el monto que cobra mensualmente. Números raros, ¿no?


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