22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

El calor atosigante que vivimos es propicio para andar calato. El clima político, enrarecido también, es favorable para el “deshabillé” y que de rey a paje, digan todos y cada uno ‘su verdad’ (hermosa frase de nuestras vedettes). ¿En qué consiste la verdad? La respuesta resulta obvia: en declarar públicamente si algún político: ministro, ex ministro, candidato, ex candidato, congresista, ex congresista, alcalde, ex alcalde, gobernador regional, ex gobernador regional, procuradores, ex procuradores, funcionario, ex funcionario, periodista, comunicador, abogado, ex abogado; perro, gato o lo que fuera, tuvo relación con Odebrecht –la empresa más organizada en lo que a corrupción se refiere– o alguna otra empresa del grupo Lava Jato.

Eso no quiere decir que cada uno de estos personajes sea culpable, ratero o coimero. La sociedad peruana está atónita frente al huaico que ha caído sobre el país y que parece no detenerse. Pero si hay un nudismo respecto a Lava Jato, los peruanos interesados en este espinoso tema, sabremos quién es quién. Sobre todo, nuestro juicio no se nublará ni será dirigido por las animadversiones de cada una de las instituciones tutelares del país, incluida la prensa.

La situación es grave. Tanto que un miembro de la bancada ppkausa está pidiendo la vacancia del mandatario que lo llevó al Congreso. Tremebundo. Aunque luego se retractó, su corazón habló. Estamos seguros de que hay un sector del país que se aviene a su pensar. Con la Presidencia en juego, también están comprometidos miembros del gabinete. La corrupción develada por Lava Jato es como las ramificaciones de un melanoma, termina produciendo metástasis.

Pero el Perú tiene que seguir existiendo porque la mayoría no tuvimos que ver con Odebrecht ni con su perversa ‘División de Organizaciones Estructuradas’ –eufemismo para robar de manera organizada–, menos con Lava Jato. El gobierno, las instituciones y el periodismo han perdido credibilidad enormemente. Por eso la necesidad de hacer nudismo frente a la relación con la corrupción. Esta se convirtió en una familia extensa de contactos, complacencias, transferencias de dólares y contratos hechos a la medida del ratero.

Con Lava Jato, colegimos que se entra al poder para medrar. Nunca por el interés por el país, por los que menos tienen, por mejorar las carencias estructurales. En cada institución hay alguien vinculado con este inmenso caso. Facilitador o comparsa. Y saldrá más y más información. La economía se va al cacho impajaritablemente y estaremos día tras día en pos del escándalo y la porquería. ¿Qué haría usted?

Contar, a los seis meses de gobierno con 35% de aceptación presidencial indica caída libre, peligro. Todo inconveniente para el Perú, ojo pestaña y ceja. Si la ex pareja presidencial Humala Heredia no está tras las rejas es porque hay complacencia, y así otros ex funcionarios importantes. Por eso, calateémonos todos de una vez. Se ahorrará tiempo y bochorno nacional.


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