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Aldo Mariátegui: “Pedro Pablo Kuczynski es un adorno de lujo”

El periodista analizó los temas de coyuntura política junto a Luis Davelouis.

(Mario Zapata/Perú21)
(Mario Zapata/Perú21)
Patricia Quispe

Patricia Quispe

@pquispev

Irreverentes, mordaces y de análisis agudo. Los columnistas de Perú21, Luis Davelouis y Aldo Mariátegui se reunieron para esta entrevista y analizaron diversos temas de la coyuntura política peruana.

La última encuesta de Datum da cuenta de una caída significativa en la aprobación presidencial, veinticuatro puntos de setiembre a la fecha, ¿a qué lo atribuyen?

LUIS DAVELOUIS (L.D.) A una percepción, que no está alejada de la realidad, de falta de liderazgo y decisión política en el Ejecutivo. El ejemplo más saltante fue que él mismo (Kuczynski) salga a decir: ‘Me da un poco de pena que no me haga caso mi bancada’. Eso mezclado con que salga un congresista de su bancada a pedir vacancia e insurgencia y que no lo hayan votado de la bancada, eso merecería, mínimo, que te saquen, y no ha habido consecuencias.

ALDO MARIÁTEGUI (A.M.) El presidente de lujo resultó un adorno, un adorno de lujo que no funciona, resultó gato por liebre. Pensábamos que iba a mandar, al comienzo no entendíamos su humor, dijo tres o cuatro pachotadas, en ese momento pasó piola. El tema se le comenzó a complicar a partir de (Carlos) Moreno y le ha caído todo el huaico; ha venido el (fenómeno de) El Niño, ha manejado mal el tema de Odebrecht, tampoco manda, no ejerce, habla bobadas o es muy tibio, no lidera. Un tío que tenía tantas horas de vuelo, tanta experiencia…
(L.D.) Que pudiera alinearse a la situación, no se ve eso.
(A.M.) Que tuviese el control y es malo que la gente lo perciba como un (Fernando) Belaunde tres, estamos viviendo eso otra vez, un viejo que vivía en las nubes y no sabía qué pasaba; por lo menos el otro sabía el mapa, ese es mi miedo.

Hay falta de liderazgo pero también falta de reacción oportuna…
(A.M) Más que reacción falta de reflejos, un político tiene que tener reflejos.
(L.D.) En un mundo ideal no deberías reaccionar sino adelantarte, y la agenda no es tan difícil. Cosas como El Niño, los exabruptos de tu bancada, son cosas sobre las que tienes que tener reflejos, en general, capacidad de adelantarse.
(A.M) Ni siquiera capacidad de show. Empieza en Chosica el primer huaico y te subes pues el pantalón. No tiene reflejos, sale lo de Odebrecht y dice: ‘Bueno, no todo es malo, hay que voltear la página’; eso no se puede decir.

¿Hasta dónde más podría caer?
(A.M.) El suelo es el límite.
(L.D.) En realidad puedes caer a lo que sea, Toledo llegó a nueve y casi lo vacan. No hay piso, a menos que se perciba un cambio, que se adueñe de un tema. Entró con ofertas interesantes, puedes estar en acuerdo o desacuerdo, temas de cercanía, carretera a Iquitos, agua para todo el mundo, que son caballos de batalla que pueden funcionar muy bien, es como que se hubiera abandonado por completo.

¿La desconfianza de la población podría traducirse en protestas sociales por temas como el aeropuerto de Chinchero, por ejemplo?
(L.D.) Yo creo que sí. De las marchas y reclamos en Cusco por Chinchero no te vas a salvar con o sin aeropuerto. La dimensión de la expectativa que va a generar el aeropuerto está, por lejos, sobredimensionado en plazos y alcance, no va a generar tanta plata ni tan rápido y esa frustración va a reventar de alguna manera. En el sur no pasará mucho tiempo para que sienta que otra vez lo traicionaron; de alguna manera Kuczynski gana en el sur y eso, me parece, que no está lejos de que pase.
(A.M.) En las urbes generalmente los problemas populares serios surgen cuando te tocan el bolsillo, el tema del peaje; estas marchas de pulpines son mucho menos. En el sur provincias hay el tema minero que puede estallar, allí puede haber líos porque siempre hay cierta agitación. No lo vemos ahora porque como el país está con este problema meteorológico, nadie está con ganas de tirar una piedra.

La aprobación a los ministros, salvo la del premier, no supera el 30%…
(A.M.) Es lo normal, nunca tienen grandes índices. Salvo el primer ministro y el de Economía al resto nunca lo consideran mucho.
(L.D.) Además la gente no sabe muy bien qué hace un ministro, no sabe cuántos ministerios hay.
(L.D.) El problema es que este ministro de Economía es muy dado a hablar y no a escuchar a su gente en el tema de comunicaciones parece. Por eso se dice, se contradice, se desdice y no parece que hubiera un corrector desde arriba. Eso también te da una sensación de falta de control; se va por su lado el de Economía y el primer ministro no necesariamente lo cubre, y el presidente tampoco.
(A.M.) No es un ministro quimboso como (Javier) Silva Ruete, ni un tecnócrata duro como (Carlos) Boloña ni un viejo cazurro como (Jorge) Camet. No es un ministro de Economía que te llene la plaza y el primer ministro tampoco es un tipo con maña política como Carlos Ferrero, falta eso o el mismo (Jorge) Del Castillo, un operador…
(L.D.) Esas son otras ligas. Yo creo que Zavala funciona muy bien como bisagra porque no genera antis, tiene buena llegada, en general, con los otros poderes del Estado.
(L.D.) El problema es que lo que tiene que redondear esta labor es la capacidad de operación política que el Ejecutivo en general no tiene, no hay, y tan no hay que los más experimentados operadores políticos son Carlos Bruce y Juan Sheput que no se hablan ahorita y el día de la interpelación a (Jaime) Saavedra, Bruce no fue.

¿Qué papel juega la bancada donde cada uno se dispara por su lado?
(A.M.) ¿Existe la bancada? Eso de la bancada es un mito, una quimera, ese es el problema, que no hay bancada.

¿En quién tendrían que respaldarse entonces? ¿En el fujimorismo?
(L.D.) Hace tres semanas yo te hubiera dicho que en la calle, pero ahora con esos números es imposible. Lo que tiene que hacer desesperadamente es tratar de asumir un liderazgo. Si se apoya en el fujimorismo va a terminar haciendo la agenda del fujimorismo, eso va a terminar siendo así.
(A.M.) Tiene que llevarse bien con ellos pero ya no puede provocarlos. Meche Aráoz dice cada cosa, no provocarlos, no meterte con ellos.

El presidente mantiene un discurso confrontacional…
(A.M.) Claro, ha tenido ese discurso bastante confrontacional innecesariamente. Los mismos fujimoristas, los del ala más moderada, te dicen: ‘él nos quita piso a la hora que tenemos discusiones internas porque cuando él (PPK) o uno de ellos se pone agresivo, el ala dura termina ganando acá dentro’. Kuczynski tiene que ser más diplomático porque tampoco es que con 17 (congresistas) esté muerto; los apristas con cuatro han dominado.

Pero esas observaciones de falta de liderazgo y de reflejos no son nuevas, ¿creen que el presidente oye las críticas?
(A.M.) (Sonríe) Te va a decir opinólogo y te va a decir loquito ah, y que lo dejes trabajar. Cuidado, hay un negacionismo peligroso. Eso de ‘loquitos’, que yo no escucho, ¿mal no? No parece oír.

¿Quién tendría que articular para salvar la situación? ¿El premier?
(A.M.) Él (PPK) es el Ejecutivo.
(L.D.) El que está encargado del asunto y el único que puede tener la sartén por el mango es él. Si el señor elige que va a seguir agarrando la sartén que está quemando y sin guante no hay nada que hacer al respecto.

¿Y su supuesta vinculación con el caso Odebrecht?
(A.M.) A persignarse nomás.
(L.D.) Ojalá que solo sea un tecnócrata que estaba pasando por ahí.
(A.M.) Metió la pata, firmó los tres decretos por tonto, ojalá.

¿Ustedes imaginaron la magnitud de las coimas de Odebrecht y este presunto pago de US$20 millones a Alejandro Toledo?
(A.M.) Hacía rato que sospechaba, pero no pensé que tanto, nunca calculé veinte…
(L.D.) Yo pensé que había también, pero no pensé que en ese tamaño.
(A.M.) Yo recuerdo cuando mandé a investigar a (Óscar) Libón y me dijo: ‘Lo ha comprado la suegra’. Le dije: ‘será una empresa off shore’. Después se toma una foto en París, en víspera de la resolución judicial, tomado de la mano (con Eliane Karp), como dos enamoraditos, como sacando cachita, uno no puede pensar que se puede ser tan profundamente estúpido.
(L.D.) Hay torpezas absolutamente sorprendentes.

Pero no solo es Toledo. Se habla de dos expresidentes más y eventualmente del presidente actual involucrados en corrupción, ¿cuál es su reflexión?
(A.M.) Así es el país, normal.
(L.D.) Cuando la corrupción esta así es una metástasis. Si tú te acercas te dejan entrar en cuanto muerdes porque si no generas mal precedente dentro de la propia corrupción. A mí me genera cierto resquemor que, si terminamos viendo que todo es una porquería, qué va a pasar. La gente lo va a normalizar. ‘Bueno, todos roban pero que hagan más obra…’.
(A.M.) Yo soy bien pesimista. Creo que dentro de 15 años habrá una cosa parecida otra vez. Tuvimos lo de (Vladimiro Montesinos) y otra vez estamos con esto y se supone que este (Toledo) era del lado de los buenos (ríe).

Habrá nuevas revelaciones, ¿en qué creen que vamos a terminar?
(A.M.) En un montón de juicios.
(L.D.) Y posiblemente con un récord guiness de presidentes presos.
(A.M.) Y vamos a ver si llegamos al 2021. ¿Qué elecciones habrá? (…) Cuidado con (Gregorio) Santos, cuidado con Antauro (Humala) en el sur donde son campeones en votar. En el sur puede salir una de estas cosas o te sale un bocón de derecha acá en Lima tipo Trump. (…) En este país puede ganar el pato Donald, puede ganar cualquiera; este es el país más democrático del mundo.
(L.D.) Puede pasar cualquier cosa. Cuando llega a la segunda vuelta Keiko Fujimori, que probablemente era la mejora candidata de todos, con el peor candidato de todos, ganó él, lo que te dice que un backyardigan le ganaba, es increíble.

Ante un gobierno debilitado, ¿cuál es rol el de la oposición? Keiko Fujimori lidera la bancada mayoritaria del Congreso pero su voz está ausente.
(A.M.) Espero que tengan la sabiduría que tuvo el Apra con Toledo, que le hundían la cabeza pero le daban oxígeno. Los cinco años de Toledo lo tuvieron al borde del knock out pero no lo noquearon. La verdad que fueron bien artistas los apristas porque sabían que venían ellos después. Y Toledo tenía mucho más bancada, la alianza con ‘Popy’ (Fernando Olivera) que era su operador político. Ellos (Peruanos por el Kambio) tienen 17 congresistas nomás, Toledo tenía cuarentaitantos.
(L.D.) Ojalá, como Aldo dice, (Keiko Fujimori) tenga la sabiduría de hacerlo y salir a decir: ‘Oye, esto de acá es una democracia, nosotros hemos escogido esto y vamos a tratar de trabajar lo mejor que se pueda para que país no se descalabre’. Sería, además, un gesto que creo que le reduciría el anti de alguna manera. En un ambiente tan enrarecido y tan caótico no hay referentes, ella podría convertirse en uno. Hay un descrédito de la clase política y ella está incluida en esa clase política, el descrédito es enorme. Si mañana vacan a Kuczynski y llaman a elecciones, las posibilidades de que ella gane son muy bajas. Ella debería ser consciente de que debe no solo reconstruirse ella sino reconstruir a toda la clase política y su credibilidad si quiere tentar una posibilidad real de aquí a 2021, de otra manera yo lo veo muy difícil.
(A.M.) Ella está ahorita como mirando el balcón, no hay rival, el rival se mete los autogoles solo.
(L.D.) Es que es muy fácil matarlo, si lo deja solo de repente se mata solo, entonces, qué hago. Lo ayudo a que llegue, a que termine o simplemente no hago nada.

Pero pensando en los réditos políticos…
(L.D.) Pensando en eso debería tratar de empujar el gobierno hasta su último año.
(A.M.) Lo mismo que hizo el Apra con Toledo, son oposición pero de cuando en cuando le daban su bocanada de oxígeno.

¿Y cómo ven a Verónika Mendoza?
(L.D.) Creo que la están erosionando enormemente de su propio lado. Marco Arana se está encargando de jalar todo y al final se está disparando a los pies, pero no hay cadáveres políticos aun. Si logra zafarse –creo que lo que más pesa contra ella es que su letra esté en las agendas (de Nadine Heredia)– es una posibilidad sin ningún problema, pero si se aparece Antauro delante de ella yo creo que no tiene ninguna posibilidad.
(A.M.) Pero te das cuenta de qué poco manejo político tienen estos. Con todo el problema que hay no han asumido protagonismo. En otro momento la izquierda hubiera agarrado una amplia avenida y ahora nadie les hace caso, no existen, ella (Verónika Mendoza) se pronuncia y la gente no le hace caso, han perdido peso. Y ahora creo que están con más complicaciones porque ya los están identificando con el resto, son parte del establishment que está ahorita con rechazo, ese es su mayor problema.


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