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Juan Paredes Castro: "Es un torpedo para intimidar a los medios”

“Ese proyecto busca ir afectándole a una persona sus derechos de propiedad de un medio. Aunque estuviera en la cárcel, su patrimonio está en el medio de comunicación y se vería afectado. Sería una ley absolutamente descabellada”, dijo.

"Yo propuse que cada ministro fuera responsable de su parte en la reconstrucción", dijo Predes. (Mario Zapata)
"Yo propuse que cada ministro fuera responsable de su parte en la reconstrucción", dijo Predes. (Mario Zapata)
Ricardo Monzón Kcomt

Ricardo Monzón Kcomt

@rmk_04

En una semana, el reconocido periodista Juan Paredes Castro presentará su nuevo libro “La presidencia ficticia”. Aprovechando la coyuntura, conversamos con él también sobre los polémicos proyectos fujimoristas que involucran a los medios de comunicación.

Un tema central en su libro es la diferencia real que debería existir entre ejercer el poder del gobierno y el del Estado, por parte del presidente.
-Esa ha sido la preocupación central de mi trabajo periodístico: ver cómo debería vertebrarse el poder político en el país. Cuando hablo de la “presidencia ficticia”, no estoy aludiendo al presidente Kuczynski; estoy hablando de nuestra presidencia histórica, que tiene demasiadas atribuciones y muy pocos contrapesos. Es una presidencia que resulta como autocrática, muy bien disimulada por nuestras formalidades democráticas. Muchas de estas atribuciones podrían estar delegadas en el primer ministro.

¿El presidente PPK delega esas funciones en el premier?
-Yo veo, en muchos momentos del ejercicio gubernamental del presidente Kuczynski, un propósito muy firme de hacer descansar el gobierno del día a día en el primer ministro, Fernando Zavala. Lo estamos viendo ahora con el tema de la reconstrucción. Sin embargo, eso no puede estar limitado a los gestos, a declaraciones. Necesitamos articulación.

¿Qué se origina cuando se confunden las atribuciones de Estado y de gobierno?
-Cuando la presidencia tiene esta confusión, todos los demás escalones del poder se afectan, por ejemplo, la relación entre el poder central y gobiernos regionales. Llevamos 15 años en que los gobiernos regionales son tierra de nadie. ¿Cómo vamos a integrarlos en la reconstrucción? Este proceso tiene un mando de poder paralelo, se ha creado una autoridad que no tendrá el poder de un ministro.

¿No es lo más adecuado?
-Yo propuse que cada ministro fuera responsable de su parte en la reconstrucción. El que va a encabezar la reconstrucción se va a convertir en la piñata del futuro. Yo me pregunto: ¿los ministros han calculado que ellos no quieren ser las piñatas de la rendición de cuentas de la reconstrucción y están dejando mejor la responsabilidad en una sola cabeza que aguante todos los golpes?

Pero el Congreso ha aceptado que se cree una autoridad.
-Claro, ¿entonces el Congreso no le estará poniendo una cáscara de plátano al gobierno? Cuando esta autoridad para la reconstrucción se encuentre con una barrera de mando, va a tener que reclamar resoluciones ministeriales expeditivas y no sé si un ministro se va a poner al servicio de alguien que no tiene competencias de poder definidas.

¿Cómo lograría el presidente Pedro Pablo Kuczynski “vertebrar” al país?
-Se necesita un gobernante con mucho coraje, tenacidad y capacidad de decisión. El presidente dice que se va a evaluar la condición carcelaria del ex presidente Alberto Fujimori o dice ‘vamos a voltear la página’, y las páginas se voltean en el acuerdo con el otro. Y, como dice Fernando Vivas, el presidente se está equivocando de interlocutor. Con Alberto Fujimori no debe negociar nada, es con Keiko Fujimori con quien debe hacerlo. Cuando el señor Kuczynski está pensando en un indulto a Fujimori, debe tener el coraje de hacerlo o no, pero no lo puede dejar ahí para el debate.

Pero para resolver el tema del indulto, sí tiene que haber un debate nacional.
-Claro, pero si no lo has pulseado bien, no lo toques o tócalo prudentemente. No pongas un globo de ensayo de esa magnitud.

En su libro se menciona: “Raras veces el Congreso hace sentir su poder y fortaleza frente al gobierno”. Eso pasó en congresos pasados. Hoy, el fujimorismo, sin ayuda, podría aprobar leyes como las que plantearon, que involucran a medios de comunicación. ¿Qué piensa sobre ello?
-El fujimorismo tiene una enorme deuda con la democracia. Esa deuda tiene que ver con el autoritarismo que vivimos durante largo tiempo, donde se afectó, sin duda, en un determinado momento, la libertad de prensa. Si el fujimorismo pensase en los daños que le hizo a la democracia, debería tener un comportamiento absolutamente contrario hoy día. Tendría que estar en la línea de defensa de la libertad de expresión y no afectándola con leyes direccionadas hacia determinados medios.

¿El solo hecho de que el fujimorismo quiera legislar sobre medios de comunicación ya es un error?
-Yo siempre he sido de la opinión de que la mejor ley sobre los medios de comunicación es la que no existe. Lo que sí tienen que asumir los medios, cada vez más, es un sentido más responsable y transparente de la autorregulación.

¿Cuáles son sus objeciones al proyecto de las congresistas Úrsula Letona y Alejandra Aramayo?
-Ese proyecto busca ir afectándole a una persona sus derechos de propiedad de un medio. Aunque estuviera en la cárcel, su patrimonio está en el medio y se vería afectado. Sería una ley absolutamente descabellada. Yo reconozco en el fujimorismo cierto grado de inteligencia, sensatez y proporcionalidad. Por eso me extraña que este proyecto no haya sido liquidado. Este es un torpedo para intimidar a los medios de comunicación y es un disparo a los pies.

Autoficha

  • “La presentación de mi libro ‘La presidencia ficticia’ será el 4 de mayo en el Country Club a las 7 p.m. Este es mi segundo libro; el anterior se titula ‘La República incompleta’, en él ya abordaba la problemática de cómo ordenar las piezas de un país invertebrado como el Perú”.
  • “Nuestros partidos casi no existen, pero pasan a ser una necesidad cuando el ejercicio del poder político reclama estructuras compactas, organizadas. Esta Constitución es buena en muchos aspectos, pero en términos políticos no ha logrado aterrizar”.
  • “Yo veo a la política y a los políticos con un enorme temor a la reforma porque les encanta a todos sus trincheras propias, que es su conveniencia, sus intereses, sus costumbres. Y por eso es que los partidos, no solo acá sino en el mundo, se caen a pedazos”.

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