Juan José Garrido,La opinión del director
director@peru21.com
Como bien señala el economista Roberto Abusada en una reciente columna publicada en el decano, existe una sensación casi universal de parálisis, de friaje económico. Abusada señala, con objetividad y datos, las razones detrás: caída en la inversión privada y en las exportaciones, ambas sujetas a complejas variables tanto internas (proyectos mineros que no han avanzado como se esperaba o proyectos paralizados) como externas (caída en el precio del cobre y el efecto del tapering, o disminución de la actividad monetaria norteamericana).
Siendo todo esto cierto, y tomando en consideración que –en efecto– por el peso del sector minero en nuestra estructura productiva se esperaría una recuperación en el segundo semestre y, sobre todo, en los próximos dos años, es importante recalcar la importancia de la retórica presidencial en la actividad económica.
No será esta una queja, sino más bien una reflexión. En el 2009 nuestra economía creció al 0.9%, muy por debajo del promedio quinquenal anterior (entre el 2004 y el 2008 crecimos al 7.6%). Entre el inicio de la Gran Recesión –como se le llamó a la desestabilización financiera que comenzara en el 2007– y el 2009, ni los más sofisticados gurúes financieros y económicos tenían idea de cuándo acabaría la crisis. Para algunos, podía ser peor a la famosa crisis de 1929, que duró más de una década.
No obstante, el mundo recuperó el ímpetu de consumo e inversión (cierto, con base en una fórmula monetaria que no sabemos qué traerá en el futuro), y la economía volvió a andar, incluso mejor que antes. Crecimos a casi 9% en el 2010 y luego bajamos al entorno del 6%. Hoy, con la tendencia de los primeros meses, estaremos cerrando el año cerca al 4% (incluso, al 3.5%). A diferencia del 2009, el actual friaje no parece terminar con la leve recuperación de las economías emergentes. Se necesita un shock térmico, y eso es tarea de este gobierno, del mandatario más que del ministro Castilla. Ojalá el mensaje de Fiestas Patrias sea cálido. Lo necesitamos.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.