Víctor Prada,Actor
Autor: Mijail Palacios Yábar.
mpalacios@peru21.com
Empezó como mimo en la calle, fue ‘Piquichón’ con Tulio Loza, policía en Gamboa y ‘El Señor Libro’ en Nubeluz. Hoy es el protagonista de El limpiador, una ficción sobre una Lima devastada por las epidemias. Película que está preseleccionada a los Premios Oscar 2014 y que se reestrena en el Cine Arte UVK Multicines Larcomar desde hoy. No se pierda la oportunidad de ver buen cine peruano.
Comenzó en la calle…
Saliendo del colegio, entré a la escuela de arte dramático. Empecé haciendo mimo en las calles, a inicios de los años 70.
¿Qué aprendió?
A estar más atento a las reacciones del público, como lo que ahora se hace en las ‘impro’ tan de moda y que son estupendas.
¿Puede haber algún parecido entre la Lima de El limpiador y la de ahora?
La Lima de El limpiador está devastada, con epidemias. La película es sobre algo que está destruido, pero cómo por una circunstancia esto puede cambiar y renacer algo que en nuestra cabeza estaba muerto.
¿Qué epidemias agobian a la Lima real?
Lo caótico de nuestra manera de ser. El tema de la corrupción es algo que se ha vuelto permanente, que nos carcome.
¿Alguna vez ha pensado en dejar la actuación? ¿Se ha sentido agobiado?
La actuación, en verdad, no es algo que te salva el presupuesto. Varias veces me he retirado y he vuelto. Antes, la televisión era más rentable. En teatro, si bien hay una efervescencia, no llega a cubrir el presupuesto familiar. Los eventos empresariales nos salvan.
¿Pero en la televisión ahora no hay más producciones?
Y los niveles de sueldos han bajado terriblemente. A veces pagan más los estudiantes que la televisión misma.
¿En el teatro cómo estamos?
Hay más público que quiere ver teatro, pero tenemos menos salas. La política cultural, si existe, es muy pequeña. La propuesta estatal es pobre.
¿Se siente que tenemos un Ministerio de Cultura?
Parece mentira que los gobiernos civiles, que deberían ser los más propensos a apoyar la cultura, no lo hacen, como sí lo ha hecho un gobierno militar en el pasado.
Un amigo fue a ver El limpiador y era el único espectador, y ¡Asu mare! es la película más taquillera. ¿Cómo entender esos fenómenos?
Lo que ha hecho ¡Asu mare! es bueno porque juntó capitales. Para hacer una película no basta con hacerla. Se debe trabajar en publicidad y marketing. En el caso de El limpiador, el ‘boca a boca’ se hizo muy grande y, actualmente, llenamos todas las salas donde se proyecta.
El cine antes estaba más ‘inspirado’ en la violencia terrorista pero, hoy, películas como El limpiador y El evangelio de la carne están cambiando ese discurso…
El cine muestra una realidad, y hoy vivimos una etapa diferente. Hay mucha gente joven que está haciendo cine y existen menos prejuicios.
¿Qué responsabilidad tiene el espectador?
En el Perú siempre hemos tenido comida rica, y ni el mismo peruano se daba cuenta. Hasta que llegó un visionario y puso las cosas en su sitio. Con el cine debe pasar lo mismo. En otros países, el Estado tiene convenios con los festivales de cine y lleva a los colegios las películas que estos presentan. Así se crea público nuevo. Hay que formar al espectador desde niño, es parte de una política cultural.
Usted fue ‘Piquichón’ con Tulio Loza…
Fue mi primer programa exitoso en televisión. El productor me dijo: “Tienes que venir, que tengo un personaje para ti”. Yo no quería pues sentía que no estaba para eso. Sin embargo, acepté con la condición de disfrazarme.
¿Qué tal esa experiencia?
Fue buenísima, como ‘Piquichón’ me sentía el rey del mundo. En las noches, todos los televisores estaban prendidos con el programa de Tulio Loza. Y cuando hacíamos giras a provincias, nos recibían como artistas de Hollywood. Era lo máximo.
También hizo del ‘rata Murguía’ en Gamboa…
No quería quedarme como ‘Piquichón’. Pude haberlo hecho, pero traté de hacer otras cosas. En ese proceso conocí a Lucho Llosa y comencé con Gamboa.
Y luego vino Nubeluz…
Al comienzo me llamaron para preparar a Almendra y a Mónica en actuación. Iba a ser el personaje de ‘Glufo’. Tenía que aprender a patinar. Finalmente, hice ‘El Señor Libro’ y ‘El Señor Cigarro’, entre otros.
¿Le agradan los programas cómicos de ahora?
Me gustan más los programas humorísticos con historia, como en algún momento fueron Risas y salsa y El jefecito. Hay poca gente que escriba humor, no se ha hecho una escuela de guionistas de humor para televisión. De la TV internacional, por ejemplo, me gusta mucho The Big Bang Theory.
AUTOFICHA
- Tengo 62 años. Saliendo del colegio entré a la escuela de arte dramático. Comencé haciendo mimo en las calles, a inicios de los años 70. Luego pasé al teatro.
- También hago un personaje en la película El evangelio de la carne, que actualmente se proyecta en las principales salas, y le está yendo bien.
- Como soy de espíritu gitano, actúo en una obra de teatro. Hago
de Polonio en Hamlet. Pueden verla los martes y los miércoles en el teatro Ricardo Blume.
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