La depresión es un trastorno que afecta seriamente la calidad de vida de las personas. Es un mal muy preocupante, a tal punto que la Organización Mundial de la Salud considera que, en siete años, será la segunda causa de incapacidad a nivel mundial.
Lo cierto es que superar la depresión es posible, pero cuesta. No es tan fácil como tomar una pastilla. Tampoco es tan simple como “arriba esos ánimos”. Una persona diagnosticada con depresión y que sigue un tratamiento médico requiere el apoyo de su entorno cercano. “Si el paciente no está motivado para recibir ayuda profesional, los seres queridos deben aplicar lo que se conoce como motivación prestada”, señala Manuel Saravia, director del Instituto Guestalt de Lima. “Lo usual es que el paciente se aísle y no tenga motivación para nada. Por tal motivo, los familiares deben empujarlo: sacarle la cita, motivarlo, acompañarlo, participar incluso en la terapia. En caso de que necesite medicación, deben asegurarse de que la tome”, precisa.
Asimismo, los seres queridos deben estar dispuestos a escuchar, compartir y brindar afecto. También deben estar atentos a las señales de alerta, sobre todo cuando se trate de mensajes negativos. “Muchos pacientes suelen expresar ideas suicidas de manera sistemática. Si las tiene, hay que llevarlo a la clínica de manera inmediata”, dice Saravia. Finalmente, se debe tener en cuenta que superar la depresión puede ser un proceso largo, pero salir adelante depende mucho del respeto y la comprensión de los seres queridos.
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