“En realidad, el principal órgano sexual es el cerebro”, ha dicho el dibujante italiano Milo Manara. En efecto, la clave del sexo se esconde dentro del cráneo. Vayamos a lo concreto: ¿Qué pasa en el cerebro cuando el ser humano está en pleno acto sexual? En síntesis, hay una intensa actividad en diversas zonas, especialmente en la corteza sensorial genital, la amígdala, el núcleo accumbens, la corteza orbito frontal y el hipotálamo.
Esto implica una liberación de neurotransmisores vinculados al estrés, pero también al circuito placer-recompensa, bienestar, adicción, descontrol. Asimismo, dichos procesos generan manifestaciones físicas, tales como excitación, aumento de ritmo cardiaco, agitación, dilatación de pupilas, incremento de temperatura corporal, sudoración, disminución de la racionalidad, placer y sensación de apego.
Pero no hay que olvidar que el cuerpo responde a las órdenes que salen del cerebro. De hecho, si una pareja estuviera conectada a un escáner cerebral durante el coito, los indicadores de actividad se verían como los faros de los autos que van por la avenida Javier Prado a las 7 de la noche.
NO NECESITAS GENITALES
Ese fue un subtítulo durante una ponencia de la investigadora Mary Roach en una conferencia TED (www.ted.com). Para demostrar su propuesta, Roach contó la historia de una mujer que, debido a una anomalía neurológica, era capaz de llegar al clímax con solo lavarse los dientes. También compartió el caso de una mujer que experimentaba orgasmos con solo imaginarlos. En otras palabras, solo es cuestión de activar los nervios indicados que se encargan de llevar las señales al cerebro.
No es la intención de este artículo pedirles a los lectores que tengan sexo sin genitales. La idea es, más bien, valorar la importancia del cerebro en el sexo. En vez de preocuparnos únicamente en el Kamasutra, en perfumes de feromonas o en disfraces de ‘diablita’ sensual, hay que prestarle atención a la ciencia del cerebro. Podría ser muy útil.
DATOS
- ‘El sexo está en el cerebro’, libro del investigador estadounidense Daniel G. Amen, contiene datos tomados de la neurociencia para ser aplicados en la vida sexual cotidiana.
- Según un estudio de la Universidad de Groningen (Países Bajos), cuando la mujer finge un orgasmo se activa el córtex motor, lo que no sucede cuando llega al clímax de verdad.
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