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Carmen McEvoy: “No superamos el trauma de la Guerra del Pacífico”

“Por la abundancia que hay el peruano es indolente con lo que tiene. ¿Y por qué se dio esta revaloración del pisco? porque Chile lo pone en el mercado y nosotros nos damos cuenta de que el mejor pisco es el nuestro, pero tuvo que haber una disputa para que reaccionemos”.

Carmen McEvoy.
Carmen McEvoy.
Ricardo Monzón Kcomt

Ricardo Monzón Kcomt

@rmk_04

Hoy la historiadora nacional Carmen McEvoy presenta en la Feria Internacional de Libro (FIL) de Lima la reedición de su libro Guerreros Civilizadores, de lectura necesaria para comprender la actuación de Chile durante la ocupación en el Perú en la Guerra del Pacífico. El segundo título, Chile en el Perú, que aborda el mismo tema, será presentado el 28 de julio próximo. Aquí un análisis de su trabajo.

¿Qué la motivó a escribir estos dos libros?
Quería saber cuál era la visión que tenía Chile de la guerra. Cómo el soldado chileno había creado estereotipos de los indios bárbaros o de Lima como una ciudad morista, musulmana. La mirada exótica que tiene Chile sobre el Perú, que muchas veces se repite en pleno siglo XXI.

En Guerreros Civilizadores se menciona que en la época de la ocupación chilena, Perú y Bolivia eran vistos como tribus más que como naciones.
Claro, era una confederación de tribus. Chile mira a Perú y Bolivia como países inferiores, desordenados, donde las identidades están dispersas. Y lo que eso justifica es su presencia acá (en el Perú), porque si no estuvieran en el Perú esto sería un total caos. Entonces el discurso de género, la racialización del contrincante tiene por objeto mostrar que tú eres el civilizado, la persona que sí tiene disciplina y que, por ende, te puedes quedar dos o tres años. Ese es un argumento totalmente absurdo, falso, pero en ese momento el discurso civilizador de occidente era muy potente.

¿Actualmente somos percibidos igual por Chile?
Yo creo que no, ha pasado mucha agua debajo del río. Nuestra diplomacia ha demostrado un nivel que nos ha permitido ir de igual a igual a La Haya; el Perú crece económicamente; siguen apareciendo ciudades como Caral; o sea, este es un país riquísimo.

El problema es que parece que no lo valoramos.
Exacto. Es que por la abundancia que hay el peruano es indolente con lo que tiene. ¿Y por qué se ha dado toda esta revaloración del pisco? Porque Chile lo pone en el mercado y nosotros nos damos cuenta de que el mejor pisco es el nuestro, pero tuvo que haber una disputa para que nosotros reaccionemos. Entonces, sí podría verse en términos positivos; esta es una confrontación que, constantemente, nos está estimulando a ver lo que somos.

¿Se puede establecer una comparación entre el proceso de ocupación chilena y la influencia empresarial de Chile en Perú en estos tiempos?
El contexto histórico es diferente. El que yo describo es de guerra, de dominación, de avasallamiento. Pero lo que podría relacionarse es la estrategia. Chile es un país que tiene un pensamiento estratégico y lo demuestra en la ocupación. Ellos tienen un plan maestro y es algo de lo cual carecemos. El peruanos es muy creativo, improvisa, pero el plan maestro nunca existe. ¿Qué pasaría si tuviéramos un poco más de planificación, de disciplina? Creo que si pasara eso, a este país nada lo detendría.

¿Por qué, desde los años de la ocupación, seguimos sin planificarnos para poder dar el gran salto?
Bueno, el tema fundamental es la reforma del Estado. Luego de que el Perú firma la cesión territorial queda muy claro que hay que construir un aparato estatal mínimo. Entonces, hay un sentido de estatidad. El Estado peruano no tiene forma, no protege al ciudadano, no da seguridad.

¿Qué hacer?
Si uno detecta el problema y trabaja en equipo, se puede lograr. Lo que pasa es que seguimos discutiendo que tenemos que reformar el Estado pero este Estado sigue siendo un paquidermo que demora en actuar.

La guerra con Chile parece no haberse superado. Si cabe la comparación, ¿por qué con Ecuador sí hay un mejor ambiente?
En el caso de Ecuador hubo una iniciativa política de ambas administraciones. Con Chile se ha avanzado muchísimo. Sin embargo, La Haya puede haber significado para los chilenos una suerte de afrenta. Creo que todavía hay que desmontar el fantasma de la Guerra del Pacífico. Existen aún situaciones que exacerban el tema. Por un lado, nosotros todavía no hemos logrado superar ese trauma, y por el otro, ellos no han entendido lo dramática que fue esta guerra. Se necesita un proceso de sanación que puede venir a través del intercambio cultural, de la difusión de la ocupación o la guerra pero en términos amigables, como un problema histórico.

¿Pero hay voluntad de ambas naciones por superar este trauma? Así como Chile pudo percibir la demanda ante La Haya como una afrenta, hace poco hubo un nuevo caso de espionaje a nuestro país. Entonces, más allá del discurso oficial, no parece haber actos amigables de ambos lados.
Lo importante son los gestos. Uno de ellos puede ser devolver el archivo completo del mariscal Nieto que está en Chile. Alguien tiene que comenzar a crear esta situación de buena vecindad para ir curando estas heridas que cada cierto tiempo afloran. Las heridas están y no han sido cicatrizadas totalmente. A veces una inauguración presidencial es un momento para decir “a partir de aquí vamos a caminar en un sentido diferente”. Podríamos tener la esperanza de que con esta nueva administración empiecen los gestos por parte de los dos países y se empiece a reconstruir el vínculo, que en este momento está roto.

AUTOFICHA

  • “El primer libro es Guerreros Civilizadores: Política, sociedad y cultura en Chile durante la Guerra del Pacífico. Se presenta hoy a las 8:00 p.m., en el Auditorio Abraham Valdelomar de la FIL. El segundo es Chile en el Perú. La ocupación a través de sus documentos, 1881-184”.

  • “Para escribir los libros me fui a vivir un año a Santiago. El segundo libro trata sobre la ocupación de Lima y la costa peruana, algo que no ha sido trabajado en el sentido político. Se presenta el 28 de julio a las 8:00 p.m., en la Sala Blanca Varela de la FIL”.
  • “En el Perú hay una corrupción de larga data que viene de la época de la colonia y del virreinato, que no permite la creación de objetivos unificadores sino que fomenta el predominio de los intereses individuales. El gran dilema del Perú es los intereses personales versus los nacionales”.

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FIL 2016