Belén Estévez,Bailarina
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Vino al Perú por un mes y, ahora, quiere pasar su vida en nuestro país. En esta conversación, Belén Estévez, coach de El gran show, nos habla de su vida amorosa y de sus planes profesionales.
¿Perú o Argentina?
Perú, porque me dio todo, porque es el país donde quiero vivir y morir. Ya estoy echando raíces aquí, espero que florezcan. Me falta lo más importante: una familia.
¿Cuáles son tus objetivos?
Tener una familia y un hombre que me acompañe hasta el último día de mi vida. Siempre he tenido la necesidad de tener un hombre al lado, pero este año no fue prioritario para mí. Ya no me muero si no tengo uno.
¿Qué decepciones has tenido?
Demasiadas. Pero mi decisión no es por las decepciones: miro a mi alrededor y es difícil encontrar un hombre, ¡un hombre de verdad!
¿Siempre te ha ido mal?
He tenido muy pocas relaciones en mi vida. Hace mucho tiempo que no estoy en pareja. Soy una mujer difícil y es complicado concretar una cita amorosa conmigo porque vivo para trabajar. Además, no me gusta la forma como el hombre de hoy se maneja ante su pareja. El respeto no existe; la fidelidad, tampoco; los valores se han perdido. Yo nunca he sido infiel, me parece un acto estúpido y poco inteligente; nadie nos obliga a estar con nadie, y si decidimos compartir nuestra vida con otra persona, hay que respetarla y hay que respetarse uno mismo, pues cuando uno es infiel deja de respetarse.
Cuando no estás en pareja, ¿te permites affaires?
No. No soy partidaria de los ‘amigos con roce’; te juro que me encantaría tener la libertad de decir: “Si me gusta, por qué no”, pero no puedo. Si no siento amor, no puedo estar con una persona.
¿En serio? Yo te imaginaba con una vida afectiva amplia…
Ojalá fuese así. Me encantaría, porque no soy prejuiciosa, pero no lo hago porque no lo siento, pero conservadora no soy. En mi vida soy como en la televisión: digo todo en la cara; no me gusta la mentira, la injusticia; cuando tengo que poner cara de poto, la pongo; cuando estoy feliz, sonrío, no me gusta fingir. Y, lamentablemente, en este medio hay que fingir, y todavía no aprendo eso.
Eres un poco malhumorada…
Soy muy exigente, quiero que las cosas salgan perfectas, y cuando eso no pasa, cambia mi estado de ánimo; pero en el amor soy una tonta, una idiota, una ciega; me han sacado la vuelta muchas veces y he perdonado, pero todo tiene un límite.
¿Estarías con una chica?
No, como te digo ahora, quiero un hombre, una familia.
Ahora no, ¿después?
No. No soy homofóbica. No hay que diferenciar a la gente por sus preferencias sexuales; hay que valorarla por su calidad de ser humano. Admiro la belleza femenina, pero hoy no miro ni a los hombres, ya estoy pensando en la inseminación artificial (ríe). Aunque el ‘Conejo’ Rebosio me ha dicho que él se ofrece (ríe). ¿Tuve algo con el ‘Conejo’? No, solo somos amigos. Nos llevamos bien, pero como pareja nos mataríamos: nuestros caracteres son iguales, ambos somos libra.
¿En un hombre prefieres la belleza o la inteligencia?
La inteligencia, la fidelidad, el respeto y el amor.
¿Eres de juegos eróticos?
En el amor y en la guerra, todo vale. Soy atrevida, desinhibida. El amor no tiene fronteras, no tiene barreras. Eso sí, me gustan los hombres prolijos y muy perfumados, aunque sea con perfume barato. No me gusta el olor de la piel.
¿Harías un trío?
Hoy no. Tengo 31 años y solo tengo la necesidad de entregarle mi amor a una sola persona.
¿Cuándo quieres ser madre?
Pronto, porque quiero tener varios hijos, pero tiene que ser con la persona que quiera. No quiero tener un hijo por tenerlo, sino que sea la prolongación del amor que nos tenemos con mi pareja. ¿Peruano? De todas maneras.
¿Qué te disgusta más?
Que me mientan. No lo considero necesario en el mundo, no entiendo por qué se miente. Aunque decir la verdad trae sus problemas, puedes dormir tranquila.
¿Cómo sientes que te llevas con el público peruano?
Mi relación con él es maravillosa, siento que me adora, no en vano me ha sacado campeona dos veces de un reality de baile. He tenido algunos roces, pero quienes me conocen entienden mis reacciones. Eso sí, antes me sentía la última chupada del mago, pero la gente me bajó de mi nube, y hoy me siento mucho mejor persona, y gracias a la gente soy más humilde, pero tampoco soy monedita de oro para gustarle a todo el mundo.
¿Cómo te ves en diez años?
Con éxito profesional y personal, con mi academia funcionando muy bien, con un hombre y varios hijos a mi lado.
AUTOFICHA
- Mis amigos en Argentina no sabían que bailaba. Cuando me han visto en la TV hacer cosas realmente difíciles, no lo podían creer. No soy una bailarina profesional.
- De acá a 10 años me veo con éxito profesional y personal; con mi academia funcionando muy bien, con un hombre y varios hijos a mi lado.
- Salir en realitys como La casa de Magaly no me benefició para nada
–tuve que hacer terapia– porque no sé disimular nada. Siempre digo lo que siento y pienso.
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