Santiago Pedraglio,Opina.21
spedraglio@peru21.com
¿Cómo? Tratando de instalar entre los peruanos la sospecha de un motivo oculto: “Si quieren que deje abierto el paso el 2016 a su reelección conyugal, no lo hagan de esta manera, no lo hagan usando esta forma canibálica de insultar” (Perú.21, 4.4.2013).
Pero el exmandatario no ha tenido éxito en su propósito. La encuesta de Datum publicada ayer por Perú.21 es contundente: “¿Piensa que es cierto o falso que en el gobierno de Alan García se conmutó penas a narcotraficantes de manera poco transparente?”, pregunta, y 58% responden que sí es cierto; solo 20%, que son falsas; y 22%, que no saben o que prefieren abstenerse. El segundo acto de García fue la presentación con sus exministros de Justicia Rosario Fernández, Aurelio Pastor, María Zavala y Víctor García Toma. Ellos defendieron la patente legalidad de las gracias presidenciales y el expresidente subrayó la buena labor que cumplieron sus funcionarios, con lo que dio por sepultada la acusación en su contra.
Sin embargo, se abrió un tercer acto después que el diario El Comercio informara (10.4.13) que el abogado Manuel Huamán, condenado por narcotráfico, trabajó en la comisión de indultos durante el gobierno aprista, y que “militantes del APRA coparon comisión de indultos tres años” (11.4.13).
Ante la consistencia de esta revelación, el siempre activo congresista Mauricio Mulder hizo ayer dos afirmaciones centrales: primero, que era imposible saber que el señor Huamán tenía antecedentes cuando fue contratado por el Ministerio de Justicia, pues ya había cumplido su condena, alegato que peca por lo menos de una gran inocencia; y segundo, que “hay responsabilidad política”, pero que esta recaería en los ministros Pastor y Fernández. Todo claro, entonces: caiga quien caiga, blindar a su candidato del 2016, Alan García, esa es la consigna.
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