Tiene 23 años pero su cuerpo parece haber visto pasar 81. Cuando la encontraron al sur de Ciudad de México, dos años después de estar obligada a llevar una cadena alrededor del cuello, solo pidió una cosa: que la llamen Zunduri.
“Es japonés. Así se llamaba una amiga. Significa ‘niña hermosa’”, declaró al diario Hora Cero cuando le preguntaron si podían publicar su nombre real.
Zunduri fue esclava desde el 2013 de una familia dueña de una lavandería donde era obligada a planchar ropa por más de 12 horas seguidas. La tortura de esta joven mujer mexicana terminó cuando, en un descuido de sus captores, terminó escapando.
Su cuerpo está lleno de cicatrices producto de quemaduras, rasguños y golpes. Dormía muy poco y comía aún menos.
La BBC comparte las declaraciones de esta torturada joven que habla del maltrato a manos de Leticia Molina Ochoa, la dueña de la lavandería: “Me llegaba a golepar con palos, fierros, con lo primero que pudiera estar en sus manos”
Las siguientes imágenes pueden herir suceptibilidades:
Nadie nunca vio a Zunduri, nadie nunca la escuchó pedir por ayuda. Estaba oculta detrás de pilas de ropa y las pocas veces que se aventuró a gritar, la única respuesta que recibió fueron golpes.
De acuerdo con el Índice Global de Esclavitud del 2014 , en México hay 226 mil 900 personas que trabajan como si fueran propiedad de un “amo”. En Perú la cifra llega a 66,300 personas.
Esto es lo que se conoce como “esclavitud moderna”, pero el caso de Zunduri es esclavitud laboral. El primero que se conoce en la capital mexicana.
La joven muchacha solo espera rehacer pronto su vida, tomar el control de ella nuevamente y recobrar las fuerzas desgastadas en estos dos años en cautiverio.
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