Un funeral de un curandero en Guinea, en mayo pasado, provocó brote de ébola que ha dejado 1,552 muertos hasta el momento en África. Más de una docena de asistentes contrajeron allí la enfermedad, probablemente al tocar o lavar el cadáver, y llevaron el virus a Sierra Leona, según una investigación publicada en la revista Science, que hace un seguimiento del ADN del virus, información que podría ayudar al diagnóstico y a combatir la enfermedad.
El 40% de los casos se han registrado en las últimas tres semanas, según la Organización Mundial de la Salud. Funcionarios de la OMS dijeron el jueves que el brote sigue acelerándose y que podría superar los 20,000 casos.
El científico Stephen Gire y más de 50 colegas —cinco de los cuales murieron de ébola mientras luchaban contra la enfermedad en África— han identificado el código genético de esta cepa del virus, y al hacerlo comprobaron la mortífera incidencia del funeral. Esperan usar esa información para rastrear las mutaciones que podrían ser más preocupantes a medida que se prolonga el brote.
El virus ha experimentado más de 300 mutaciones en comparación con las cepas anteriores, señaló Gire, lo que dificultaría la efectividad de las vacunas que se preparan.
Los investigadores indicaron unos 50 puntos en el código genético en los que el virus ha mutado desde el comienzo del brote, según su reporte publicado en Science. Gire afirmó que las mutaciones son más veloces que las de los virus de ese tipo, lo que dificulta combatirlo.
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