Burhan Ozbilici, el fotógrafo de la Agencia Associated Press (AP), relató para el medio español Verne, su experiencia durante el asesinato del embajador ruso en Turquía, Andréi Karlóv, ocurrido el último lunes por la tarde.
“El ruido de los disparos, al menos ocho, se oyó en la impoluta galería de arte. Se armó un pandemonio. La gente gritaba, se escondía detrás de las columnas y debajo de las mesas, o se tumbaba en el suelo. Estaba asustado y confundido, pero me pude cubrir en la parte detrás de un muro e hice mi trabajo: sacar fotografías”, detalló el fotógrafo.
Su actitud, al seguir con su cámara mientras el asesino empuñaba un arma y amenazaba a los presentes, fue muy comentada en redes sociales. Sus fotografías han sido portada de diarios de todo el mundo. La más vista ha sido la del atacante alzando la pistola, pero hay toda una secuencia de fotos.
Tal y como cuenta en su crónica publicada por AP, Burhan Ozbilici había acudido a la inauguración de una exposición de fotografía, presentada por el Karlóv, en Ankara, capital de Turquía. “Decidí asistir simplemente porque estaba de camino a casa desde la oficina”.
Cuando el fotógrafo vio que un hombre con traje negro sacaba una pistola, este pensó que se trataba de “un acto teatral”.
Tras los disparos, “que se sucedieron rápidamente”, el fotógrafo vio el cuerpo tumbado del embajador a apenas unos metros de distancia: “Me llevó unos segundos darme cuenta de lo que había pasado: un hombre había muerto delante de mí”.
El reportero gráfico cierra su texto explicando que cuando volvió a la oficina para editar sus fotos le “impresionó ver que el asesino estaba de pie detrás del embajador mientras hablaba, como un amigo o un guardaespaldas”.
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