En un barrio de Alepo, provincia norteña de Siria, se han encontrado más de 60 cuerpos sin vida con disparos en la cabeza y las manos atadas en la espalda. Los cadáveres de civiles fueron tirados al río Quweiq y ahora se encuentran amontonados en grupos a orillas del riachuelo.
De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los orificios de bala en la nuca y las manos atadas son signos de que podrían haber sido víctimas de una ejecución sumaria.
Miembros del Ejército Libre de Siria (ELS) y activistas de la oposición al régimen de Bashar al Assad están ayudando a recoger los cadáveres, que hasta el momento suman 68. “Aún quedan bastantes más en el fondo. Posiblemente estemos hablando de más de un centenar de muertos”, afirma el capitán del ELS Abu Sada.
Según el soldado rebelde, las víctimas “han sido ejecutados en la zona del régimen y lanzados al río;* es posible que lleven varios días muertos* porque la corriente no es muy fuerte y han tardado en llegar hasta aquí”.
Los 68 cuerpos de niños, ancianos, adultos y adolescentes están cubiertos de barro y lodo. “No es la primera vez que el régimen ejecuta a civiles y deja sus cuerpos en mitad de un vertedero o en la calle para que nosotros los recojamos; pero desde luego es la primera vez que hemos recogido tantos cadáveres al mismo tiempo”, señaló Abu Sada.
Según El País de España, los vecinos del barrio Bustan al Qaser, al suroeste de Alepo, ya se congregan a orillas del rio en busca de sus familiares que se encuentran desaparecidos o detenidos por el régimen sirio.
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