La sonda espacial Rosetta fue la primera en alcanzar a un cometa el miércoles, un hito en una misión de 10 años y 6,000 millones de kilómetros de recorrido interplanetario que los científicos esperan ayude a develar algunos de los secretos del sistema solar.
Rosetta, lanzada por la Agencia Espacial Europea (ESA) en 2004, acompañará al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en su viaje alrededor del Sol, en un acto sin precedentes.
Los científicos deben ahora aprender lo suficiente sobre el cometa empleando los datos de Rosetta para hacer aterrizar la sonda en noviembre.
“Sabemos cómo es la forma del cometa. Pero no hemos medido su gravedad, aún no sabemos dónde está el centro de masa”, dijo el director del vuelo de Rosetta, Andrea Accomazzo, a Reuters antes de la llegada.
Mientras se acercaba al 67P/Churyumov-Gerasimenko este año, Rosetta tomó imágenes que revelaron que no tiene la forma, como se suponía, de un balón de rugby, sino que cuenta con dos segmentos asimétricos conectados por una parte más estrecha, lo que le da una forma parecida a la de un pato.
Los científicos esperan que los datos de la investigación en la superficie del cometa les permita echar un vistazo a la cápsula del tiempo astronómica que ha escondido durante millones de años pistas sobre cómo era el mundo cuando nació nuestro sistema solar.
A Rosetta le llevó 10 años, cinco meses y cuatro días alcanzar el cometa, una roca de 3 por 5 kilómetros descubierta en 1969. Por el camino, la nave rodeó al Sol en una espiral hacia fuera pasando por la Tierra y Marte para ganar velocidad y ajustar su trayectoria.
La misión es pionera en varios aspectos, como la primera vez que una nave orbita un cometa en lugar de pasar para tomar algunas imágenes, y es la primera vez que se pone una sonda en un cometa.
Debido a que el viaje fue tan largo y llevó a Rosetta tan lejos de los rayos solares, la nave fue hibernada 31 meses y luego ‘despertada’ este mismo año.
La agenda de Rosetta está muy ocupada este año. El cometa todavía se aproxima al centro del sistema solar a casi 55,000 kilómetros por hora, y cuanto más cerca esté del Sol, más activo estará.
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