La lucrativa industria del porno en California podría desaparecer, según especialistas del sector, si el Senado de ese estado aprueba un proyecto de ley que busca imponer el uso del condón en los rodajes pornográficos.
La normativa a debate, conocida como AB-1576, es una versión estatal de la “propuesta B” que en 2012 se aprobó en referéndum en el condado de Los Ángeles —parte del principal centro productivo de porno en EEUU— y cuyas consecuencias dos años después son palpables.
CAEN SOLICITUDES DE PERMISOS
Según datos de FilmLA, organización que gestiona los permisos de filmación en ese condado, y publicados por Los Angeles Times, las solicitudes para grabar películas con sexo explícito en Los Ángeles cayeron un 90% el año pasado. En 2014, esa cifra es hasta ahora un 50% inferior a la de 2013.
“En el momento en el que salió adelante la ‘propuesta B’ (que está siendo apelada) tomamos la decisión de no hacer más películas en el condado”, dijo a EFE Steven Hirsch, fundador de Vivid Entertainment, uno de los principales estudios de porno del mundo y que produce al año 60 películas XXX.
Se estima que las compañías californianas del porno ingresan anualmente entre US$1,000 y US$2,000 millones, si bien ningún organismo estatal privado o público posee estadísticas oficiales sobre la economía de ese sector.
¿POR QUÉ SE OPONEN?
Los empresarios y muchos intérpretes se oponen a la AB-1576 por las mismas razones que lo hicieron a la “propuesta B”: porque los consumidores no quieren ver condones en las escenas porno. Aparte, rechazan que los legisladores se metan a regular la forma en la que dos adultos mantienen relaciones.
“Este trabajo es mi vida, lo amo, y que el gobierno me diga cómo hacerlo me parece muy injusto”, dijo Christian Wilde, uno de los 600 actores que apoyan la campaña contra la AB-1576 que se puso en marcha en la plataforma Change.org.
“Si esta ley se aprueba estaremos un paso más cerca del final de la producción de porno en California, lo que costará al estado millones y millones de dólares”, comentó Hirsch.
¿EN QUÉ CONSISTE LA PROPUESTA?
El impulsor de la medida, el legislador demócrata Isadore Hall, y quienes la apoyan, como la organización AIDS Healthcare Foundation (AHF), buscan que sea obligatorio el preservativo en los rodajes con el fin de proteger al profesional del contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS).
Además, quieren que los actores informen a las autoridades laborales cuando se sometan a pruebas para detectar si son portadores del virus VIH y que pasen un test de ITS al menos 14 días antes de empezar a rodar.
Solo la puesta en práctica a nivel estatal de esta ley supondría entre US$125,000 y US$150,000, lo que ha hecho que la iniciativa haya quedado en suspenso hasta que se revise su viabilidad presupuestaria. Todo apunta a que el comité del Senado dará su veredicto final el próximo 15 de agosto.
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