Luego de que Irlanda aprobara en un referéndum la legalización del matrimonio homosexual, el obispo de Dublín Diarmuid Martin, quien votó en contra de la iniciativa, cree que esta decisión simboliza una “revolución social” y dice que la Iglesia Católica necesita pasar por una “revisión de la realidad”.
La Iglesia, reconoció el obispo, necesita reconectarse con la gente joven para “poder recuperar nuestra autoridad moral y poder defender nuestros valores culturales”.
[Irlanda dice ‘sí’ al matrimonio homosexual con referéndum]
Un 62% de ciudadanos votó a favor de los matrimonios gays pese a la campaña en contra de la Iglesia Católica y se convirtió en el primer país en el mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
“Lo que ha ocurrido es una revolución social y la Iglesia tiene que aceptar los derechos de los homosexuales sin necesidad de cambiar la definición de matrimonio”, aseguró el arzobispo.
Sin embargo, ha dicho que es necesario que se pongan límites legislativos para impedir que gays puedan exigir a la justicia irlandesa casarse por la Iglesia alegando discriminación.
Los responsables católicos, aseguró el máximo dirigente de la arquidiócesis de Dublín, deben hallar un “nuevo lenguaje” para propagar más eficazmente el mensaje de la Iglesia, sobre todo entre los más jóvenes, cuyo voto ha determinado los resultados en la consulta sobre el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
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