El investigador británico John Gurdon y su colega japonés Shinya Yamanaka ganaron hoy el premio Nobel de Medicina de este año por descubrir que las células especializadas y ya maduras pueden ser reprogramadas para convertirlas en células madre, un hallazgo que los científicos esperan lleve a nuevos tratamientos médicos.
Los científicos desean aprovechar esa reprogramación para crear tejidos de reemplazo para tratar enfermedades como el Parkinson y para estudiar las raíces de las enfermedades en el laboratorio.
El comité de premiación, en el Instituto Karolinska de Estocolmo, dijo que el hallazgo “revolucionó nuestra comprensión de la manera en que las células y los organismos se desarrollan”.
Gurdon mostró en 1962 que el ADN de células especializadas de ranas, tales como las células dérmicas o las intestinales, podían usarse para generar nuevos renacuajos. Ello demostró que el ADN aún tenía la capacidad de dirigir la formación de todas las células del cuerpo.
Más de 40 años después, Yamanaka mostró que una receta sorprendentemente sencilla podía llevar a células maduras a su estado primitivo, y de ahí convertirlas en diferentes tipos de células maduras.
“Los descubrimientos de Gurdon y Yamanaka mostraron que las células especializadas pueden dar marcha atrás al reloj del desarrollo bajo ciertas circunstancias”, indicó el comité. “Sus descubrimientos también aportaron nuevos instrumentos a los científicos del mundo y llevaron a un progreso considerable en muchas áreas de la Medicina”.
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