El expresidente francés Nicolas Sarkozy pidió hoy a la justicia que se retiren las grabaciones comprometedoras realizadas a sus espaldas por un exconsejero durante su etapa como presidente, que podrían afectar a su retorno a la política.
El exjefe de estado y su esposa Carla Bruni iniciaron acciones judiciales con carácter de urgencia ante el tribunal de gran instancia de París contra el exconsejero Patrick Buisson y contra el portal de información Atlantico, que publicó extractos de estas conversaciones.
Con este procedimiento de urgencia la pareja espera la retirada de las grabaciones difundidas, así como una decisión disuasiva respecto a la difusión de nuevos extractos grabados clandestinamente por Buisson durante la presidencia de Sarkozy (2007-2012).
En los audios publicados se escuchan desde temas políticos hasta conversaciones de caracter informal entre Sarkozy y su esposa, quien bromea asegurando que ella paga las cuentas en la casa.
En tanto, el abogado de Buisson, Gilles William Goldnadel, considera esta acción judicial como “moralmente legítima”.
NO NEGÓ GRABACIONES
El exconsejero, antiguo director de un diario de extrema derecha, afirmó anteriormente no disponer de las cintas y anunció su intención de presentar una denuncia por “robo”. Según explicó, realizó las grabaciones como método de trabajo para evitar tomar notas en las reuniones.
El portal de información Atlántico retiró el domingo únicamente el extracto de las conversaciones grabadas el 26 de febrero de 2011 en la residencia presidencial de La Lanterne, en las que se podía escuchar a Carla Bruni, al considerar que la exprimera dama “no es una personalidad política”.
Nicolas Sarkozy se enfrenta también a un nuevo escándalo por unas escuchas judiciales en el marco de una investigación sobre la financiación de su campaña. Una conversación entre el expresidente y su abogado implicó la apertura el 26 de febrero de una investigación judicial por tráfico de influencias.
Estos asuntos comprometen el retorno a la política del exjefe de estado, que multiplica en los últimos meses sus apariciones públicas y sus críticas a su sucesor en el Elíseo, el socialista François Hollande.
Mientras que la derecha se muestra dividida, las elecciones presidenciales de 2017 podrían suponer la vuelta a la escena política de Sarkozy.
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