La familia del sospechoso detenido en el tiroteo del pasado viernes en el aeropuerto internacional de Los Ángeles, que dejó un agente de seguridad muerto y siete personas heridas, se ha mostrado hoy “impactada” por lo ocurrido, según se explicó en un comunicado.
John Jordan, abogado de Paul Ciancia, el joven de 23 años acusado de abrir fuego contra los agentes federales, indicó que la familia, “como la mayoría de los americanos, se encuentra impactada y asombrada por el trágico suceso”.
Indicó que la familia de Ciancia “ha colaborado plenamente con el FBI y otras agencias gubernamentales” para obtener el mayor número de respuestas posibles acerca del tiroteo, y recordó la figura de Gerardo Hernández, el agente de 39 años de la Agencia Federal de Seguridad del Transporte (TSA) asesinado en el suceso.
La familia expresó sus “más profundas y sinceras condolencias” hacia los seres queridos de Hernández y añadió que sus pensamientos están con todos ellos y “con todos los afligidos por su muerte”.
Ciancia, un mecánico de motos desempleado, permanece fuertemente sedado en un hospital tras ser herido en la cabeza y una pierna por la Policía del aeropuerto de Los Ángeles, según las autoridades.
AGENTE HERIDO HABLA DEL ATAQUE
Tony Grigsby (36), quien recibió dos disparos en el pie derecho en el ataque del viernes, habló hoy por primera vez.
En una declaración frente a su casa, Grigsby relató que trataba de ayudar a un hombre de edad avanzada a ponerse a salvo cuando el atacante le disparó. Agregó que incluso después que fue herido, su principal preocupación fue ayudar a la gente que recurrió a él.
Grigsby conversó con la prensa. (AP)El agente de la TSA hizo un esfuerzo para no llorar cuando se refirió a su fallecido compañero Gerardo Hernández como una persona maravillosa a la que muchos extrañarán.
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