Con ceremonias ancestrales, música autóctona y ritos andinos, este jueves fue inaugurado un museo dedicado a la gestión del presidente boliviano Evo Morales. El lugar elegido es el poblado de Orinoca, donde nació hace 57 años. El recinto costó 7 millones de dólares.
Incienso, mirra, dulces y hasta un feto de llama fueron quemados en un brasero gigante para dar suerte a la construcción erigida en Orinoca, poblado habitado por unas 600 personas, a 3.700 metros de altitud, en un lugar alejado de la ciudad más cercana, Oruro, distante a 160 km.
El museo, edificado en un escampado de tierra, ocupa una superficie de 3.858 m2, desató críticas de la oposición que lo considera un despilfarro, en momentos en que Morales busca reelegirse para un cuarto período, pese a estar impedido por la Constitución.
Morales, que nació en cuna humilde de pastores aymaras, llegó al lugar con una vestimenta deportiva, pero de inmediato fue ataviado a la usanza de su pueblo, con poncho (ruana) multicolor y un sombrero de cuero de llama con la leyenda “Evo presidente 2020-2025”.
El mandatario boliviano, que asumió en 2006, aspira a habilitarse a un cuarto mandato para lo que debe reformar la Constitución, aunque en febrero pasado un referéndum nacional ya le negó esa posibilidad.
“Esta fecha se marcará en la historia de Bolivia (..), el museo es el patrimonio del pacto de unidad que ha luchado por la liberación del pueblo boliviano”, señaló Morales, entre lágrimas.
“Somos hijos de los incas, hijos de grandes guerreros”, destacó el mandatario, quien también recordó su infancia y juventud, cuando fue trompetista de una afamada banda boliviana, hasta su época de sindicalista, político y luego de primer presidente indígena de Bolivia.
El museo tiene tres salas donde se cuenta toda la historia del país. Además, muestra los regalos que recibió el presidente durante sus once años de gestión.
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