Si Escocia logra la independencia del Reino Unido conservará la libra como moneda y a Isabel II como reina, según el “libro blanco” sobre la secesión presentado hoy por el Gobierno regional.
El primer ministro de Escocia, Alex Salmond, mostró el documento en un acto en Glasgow, con la esperanza de cambiar los sondeos desfavorables, a diez meses de la consulta independentista.
“El futuro de Escocia está ahora en manos de Escocia”, dijo Salmond en el acto en el que presentó el libro, que responde a 650 cuestiones concretas sobre una eventual secesión y asegura que la separación traería más prosperidad e igualdad económica para esa provincia británica de 5.2 millones de habitantes.
“Los escoceses han pagado más impuestos que el resto del Reino Unido en los últimos 32 años”, denunció Salmond, asegurando que la ruptura con Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, tras 300 años de unión, permitiría “luchar contra el legado de deuda y desigualdad social impuesto por las políticas” de Londres.
“El futuro de Escocia – su guía para una Escocia independiente” detalla por primera vez los planes de Edimburgo en moneda, fiscalidad, educación y políticas de bienestar en caso de que el “sí” triunfe en el referéndum de independencia del 18 de septiembre de 2014.
La guía dice que Escocia se quedaría con el 90% de las reservas de petróleo del mar del Norte –24,000 millones de barriles– y que no permitiría armas nucleares en la base militar de Faslane, que alberga el submarino nuclear británico.
Asimismo seguiría usando la libra como divisa, reconocería a la reina Isabel II como monarca en su Constitución nueva y renunciaría a la BBC como medio público nacional. Finalmente, se mantendría en la OTAN y en la Unión Europea (UE).
Salmond, del Partido Nacional Escocés (SNP), expresó su seguridad en que se cumplirán sus planes, aunque sus interlocutores si gana el referéndum, Londres y Bruselas, no se han comprometido a facilitarlos.
Los votantes juzgarán el contenido del libro “en contraste con la campaña del ‘no’ y sus augurios de pesadumbre y negatividad”, dijo el jefe de gobierno escocés.
“Mi visión en política es que la gente votará a favor de una visión positiva”, agregó.
Una victoria daría pie a unas negociaciones complejas sobre moneda, deuda pública, bases militares e inversiones, entre otras cosas.
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