(Agencias/Perú21)
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, parte como favorita para permanecer en el poder por un nuevo período, aunque Marina Silva tiene posibilidades de ganar los comicios de este domingo 5 de octubre. En esta lista, el perfil de las dos principales contendoras.
DILMA ROUSSEFF
Partido de los Trabajadores
En una esquina está Dilma Rousseff, de 66 años, la primera mujer nombrada presidenta de Brasil. Fue guerrillera y ahora tiene en la mira su reelección. Es la heredera política del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva en el Partido de los Trabajadores (PT), pero llega ‘herida’: su gobierno ha sido acusado de actos de corrupción y, desde 2013, hay agitación social en las calles.
Los brasileños se acostumbraron pronto a su voz fuerte y estilo gerencial de ‘dama de hierro’ que no se reprime en corregir a sus ministros en público. “Si Rousseff no gana en primera vuelta, una segunda vuelta le será muy difícil ganarla. Además, hay un sector muy importante que no ha decidido su voto”, señaló a Perú21 el internacionalista Ernesto Velit.
Más a la izquierda
En cuanto a política exterior, Brasil ha fortalecido lazos con los gobiernos izquierdistas de la región: ayudó a que Venezuela entrara al Mercosur e invirtió US$1,000 millones en un puerto industrial en Cuba.
Rousseff se apoya en los programas sociales desarrollados desde 2003 y cita siempre las cerca de 40 millones de personas que salieron de la pobreza y pasaron a engrosar la clase media en los últimos 12 años. Asimismo, señala el mantenimiento de tasas de desempleo en torno al 5% en plena crisis mundial.
También defiende el papel de “regulador” y “bombero” de la actividad económica asumido por el Estado, que subsidia tanto a los más pobres como a industrias en problemas, como la automovilística o construcción.
Aun así, la tasa de crecimiento del país ha caído gradualmente y los expertos afirman que este año no llegará al 1%, con alta inflación cercana al 6.5%. Si bien encabeza las encuestas, en las últimas semanas ha visto amenazada su reelección con la aparición de Silva, que la ha puesto en alerta y a quien le ha lanzado duras críticas.
“Usted cambió de partido cuatro veces, cambió de opinión sobre asuntos fundamentales, como el matrimonio gay. Actitudes como esas generan inseguridad, y gobernar Brasil exige coherencia”, ‘pegó’ la jefa del Estado.
MARINA SILVA
Partido Socialista Brasileño
En la otra esquina se encuentra la ecologista Marina Silva, de 56 años. Su principal estrategia es ser apóstol de una “nueva política” en ruptura con los grandes partidos.
Aprendió a leer y a escribir a los 16 años. Fue recolectora de caucho, empleada doméstica, novicia, sindicalista, senadora y ministra. Podría convertirse en la primera presidenta negra y evangélica de Brasil.
Su elección marcaría, asimismo, la ruptura de 20 años de dominio del Partido de los Trabajadores y del Partido Socialdemócrata (PSDB), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.
Silva, del Partido Socialista Brasileño, es la sorpresa de este proceso. En agosto, tras la muerte en un accidente aéreo de quien lideraba la fórmula política, Eduardo Campos, ella asumió el liderazgo.
“La aparición de Silva cambió el mapa electoral en Brasil, y ha puesto en aprietos a Rousseff. Y ahora, cualquiera de las dos puede ganar. Además, su discurso es más integracionista desde el punto de vista regional”, agregó Velit en diálogo con Perú21.
Mira a EE.UU.
En política exterior, la ecologista dice que podría revitalizar los lazos diplomáticos y económicos con EE.UU. y Europa, con quienes promoverá, principalmente, la firma de nuevos tratados comerciales. Su viraje afectaría, sobre todo, al Mercosur, bloque que el país forma junto con Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela.
Precisamente, la candidata ha dicho que pretende promover una reforma de los estatutos del Mercosur a fin de que Brasil tenga libertad para negociar acuerdos comerciales por separado con otros países o bloques, lo que está vedado por las actuales normas.
Se declaró contraria al aborto, aunque aseguró estar dispuesta a que el asunto se decida en plebiscito. También se opuso a la legalización de las drogas y los matrimonios gay.
Si bien tuvo un rápido ascenso tras su nombramiento, al punto de liderar los sondeos, las últimas cifras no le han sido favorables, y no ha dudado en arremeter contra la mandataria para restarle puntos. “Las denuncias contra este gobierno no cesan. Yo represento la indignación de los brasileños”, argumentó Silva.
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