La enfermera puesta en cuarentena en Nueva Jersey (Estados Unidos), primera persona afectada por las estrictas medidas contra el ébola decretadas en ese estado y en el vecino Nueva York, criticó este sábado el trato recibido por parte de las autoridades de salud.
En un artículo publicado en la web Dallas News, la mujer, Kaci Hickox, relató la experiencia vivida a su llegada al aeropuerto internacional de Newark el viernes, cuando fue aislada, y desde donde se la trasladó a un hospital, donde dio negativo en las primeras pruebas de ébola.
Hickox regresó a Estados Unidos tras trabajar con Médicos Sin Fronteras en Sierra Leona, uno de los países más afectados por la epidemia, y fue automáticamente puesta en cuarentena pese a no presentar inicialmente ningún tipo de síntoma.
Según su relato, a su llegada al aeropuerto y tras explicar al agente de aduanas que había estado en Sierra Leona, la llevaron a una sala y fue interrogada por distintas personas vestidas con trajes protectores, que en muchos casos no se presentaron.
Allí se le tomó la temperatura por primera vez y no presentaba fiebre, pero aún así se la mantuvo durante tres horas en esa misma habitación. “Nadie parecía estar al mando. Nadie me decía qué pasaba o qué me iba a ocurrir”, explicó la mujer, que reside en Texas.
Cuatro horas después de su aterrizaje, un agente volvió a tomarle la temperatura con un escáner y entonces registraba 101 grados fahrenheit (38.3 °C), algo que la enfermera atribuye al método utilizado y al hecho de que su rostro estaba enrojecido por el enfado de estar retenida sin explicaciones.
Tras otras tres horas en solitario en la misma estancia, fue trasladada al hospital universitario de Newark. Allí se le volvió a tomar la temperatura por vía oral y nuevamente resultó normal, descartándose que sufriera fiebre.
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